Iowa ha provocado cambios en el discurso de Bush

George W.Bush habló de Irak, Saddam, bin Laden, Irán, Libia, la reactivación y la asistencia médica. Pero no se detuvo en el “triple déficit”, los sueños espaciales ni Latinoamérica. El triunfo de John Kerry en Iowa lo hizo cambiar pasajes.

23 enero, 2004

Según analistas británicos, franceses y escandinavos, la victoria
en las asambleas demócrata en Iowa de un liberal kennediano moderado como
Kerry, más el retroceso de Howard Dean -un crítico mucho más
duro, inclusive de sus rivales internos-, le hicieron al equipo de campaña
oficialista eliminar o modificar tramos del mensaje a la Unión.

Redactado desde una perspectiva electoral, estaba pensado para destacar los aspectos
“extremistas y poco patrióticos” de Dean. Pero la irrupción
de Kerry y las serias posibilidades del general (r) Wesley Clark para acompañarlo
al senador en la fórmula demócrata mueven el perfil opositor algo
a la derecha.

Por ahora y hasta el “supermartes” decisivo (2 de marzo), habrá
dos campañas internas. La de los precandidatos demócratas sobrevivientes
y la de Bush contra Bush. Tangencialmente, si lo de Halliburton llega al escándalo,
habrá una puja en el entorno para mantener -o no- al vicepresidente Richard
Cheney como compañero de fórmula.

En Iowa no les fue bien a los samurai republicanos, comandados por Rudolph Giuliani
(ex alcalde de Nueva York), que buscan imponer a Dean, ¿Por qué?
Porque es el enemigo favorito de Bush y resulta poco atractivo para una proporción
relevante de demócratas.

A la postre, Kerry ganó porque Irak ha dejado de ser prioritario. En las
asambleas de Iowa, tres de cada cuatro se oponen a la guerra y la posguerra, pero
-para 33% de ellos- el problema clave hoy es la economía y, para 28%, la
política social. Vale decir, desempleo, atención médica y
el escándalo de los fondos mutuales.

Según analistas británicos, franceses y escandinavos, la victoria
en las asambleas demócrata en Iowa de un liberal kennediano moderado como
Kerry, más el retroceso de Howard Dean -un crítico mucho más
duro, inclusive de sus rivales internos-, le hicieron al equipo de campaña
oficialista eliminar o modificar tramos del mensaje a la Unión.

Redactado desde una perspectiva electoral, estaba pensado para destacar los aspectos
“extremistas y poco patrióticos” de Dean. Pero la irrupción
de Kerry y las serias posibilidades del general (r) Wesley Clark para acompañarlo
al senador en la fórmula demócrata mueven el perfil opositor algo
a la derecha.

Por ahora y hasta el “supermartes” decisivo (2 de marzo), habrá
dos campañas internas. La de los precandidatos demócratas sobrevivientes
y la de Bush contra Bush. Tangencialmente, si lo de Halliburton llega al escándalo,
habrá una puja en el entorno para mantener -o no- al vicepresidente Richard
Cheney como compañero de fórmula.

En Iowa no les fue bien a los samurai republicanos, comandados por Rudolph Giuliani
(ex alcalde de Nueva York), que buscan imponer a Dean, ¿Por qué?
Porque es el enemigo favorito de Bush y resulta poco atractivo para una proporción
relevante de demócratas.

A la postre, Kerry ganó porque Irak ha dejado de ser prioritario. En las
asambleas de Iowa, tres de cada cuatro se oponen a la guerra y la posguerra, pero
-para 33% de ellos- el problema clave hoy es la economía y, para 28%, la
política social. Vale decir, desempleo, atención médica y
el escándalo de los fondos mutuales.

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