Inversión: repunta a un ritmo con pocos precedentes

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Durante el primer trimestre, la inversión recobró 51,1% sobre igual período de 2003. El factor clave fue la compra e importaciones de bienes de capital. Sobre todo, maquinaria y equipos. Esto puede recrear puestos laborales.

En el lapso enero-marzo, el aumento de inversiones en bienes durables contrata tanto en margen como en composición. Efectivamente, en el primer trimestre de 2003, el repunte se concentraba en construcción. Esta vez, el rubro sube 37,7% sobre un año antes, pero las inversiones de capital saltaron 80% (algo que varios analistas, ortodoxos o no, estimaban imposible hasta hace poco).

Según cifras del Indec, la inversión bruta fija interna sumaban $ 47.775 millones a fin del primer trimestre. Ello significa 16,4% del PBI para similar período y 18% en términos anualizados. Este nivel se acerca mucho al 20% promedio anual durante la década 1991-2000.

En el trienio final de ese período surgió una recesión que acabó en depresión lisa y llana. Por otra parte, las gestiones económicas de entonces maquillaban estadísticas por razones políticas (por ejemplo, las aspiraciones relectorales de Carlos S. Ménem). Ese recurso explica que, mientras el PBI nominal parecía crecer a todo trapo, el desempleo llegase a niveles críticos.

Ahora, el repunte de las inversiones puede anticipar cierta recuperación de la demanda laboral. Lo malo es que grave deterioro de la educación desde 1990 ha redundado contra la calidad la mano de obra local, componente clave en el valor agregado del sector secundario (manufactura) y el terciario (servicios, quizá con excepción del comercio).

En el lapso enero-marzo, el aumento de inversiones en bienes durables contrata tanto en margen como en composición. Efectivamente, en el primer trimestre de 2003, el repunte se concentraba en construcción. Esta vez, el rubro sube 37,7% sobre un año antes, pero las inversiones de capital saltaron 80% (algo que varios analistas, ortodoxos o no, estimaban imposible hasta hace poco).

Según cifras del Indec, la inversión bruta fija interna sumaban $ 47.775 millones a fin del primer trimestre. Ello significa 16,4% del PBI para similar período y 18% en términos anualizados. Este nivel se acerca mucho al 20% promedio anual durante la década 1991-2000.

En el trienio final de ese período surgió una recesión que acabó en depresión lisa y llana. Por otra parte, las gestiones económicas de entonces maquillaban estadísticas por razones políticas (por ejemplo, las aspiraciones relectorales de Carlos S. Ménem). Ese recurso explica que, mientras el PBI nominal parecía crecer a todo trapo, el desempleo llegase a niveles críticos.

Ahora, el repunte de las inversiones puede anticipar cierta recuperación de la demanda laboral. Lo malo es que grave deterioro de la educación desde 1990 ha redundado contra la calidad la mano de obra local, componente clave en el valor agregado del sector secundario (manufactura) y el terciario (servicios, quizá con excepción del comercio).

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