Inquietan acciones conjuntas entre Washington y Bruselas
Al margen del caso heleno, surgen señales deflacionarias en Estados Unidos y recesivas en la Eurozona. Con su moneda sostenida el jueves en US$ 1,24/5, ceden los bonos soberanos no sólo argentinos- y el crudo cae 4,3% a menos de US$ 67 el barril.
21 mayo, 2010
<p>Sea cual fuere el desenlace de los salvamentos en danza (Grecia, Portugal, España), el euro difícilmente suba de US$ 1,20/25, sostienen Union des Banques Suisses, BNP Paribas o Goldman Sachs. Para la Eurozona (dieciséis miembros, un deterioro de tres a cuatro años beneficiará a exportadores como Alemania, donde ayudaría a neutralizar parte de los eventuales gastos presupuesto y calmar inquietudes inflacionarias fomentadas –hasta el miércoles, al menos- por analistas financieros anglosajones. <br />
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Por otra parte, las exportaciones norteamericanas tendrán inconvenientes para competir. Justamente mientras Barack Obama se propone doblarlas en cinco años. “Un euro depreciado es excelente noticia para la región, porque implica que el resto del mundo vuelve a expandirse”, cree Charles Wyplosz (Centro para Estudios Monetarios, Ginebra.<br />
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Tras estimar que la divisa común puede llegar este año a la cota de US$ 1,10/20, señala que “será un estímulo bienvenido para evitarle a la Eurozona una recesión lisa y llana”. Estos puntos de vista son compartidos por expertos de UBS, Danske Bank, Royal Bank of Scotland y Bank of America. Pero se conforman con pronosticar US$ 1,15/26 a fines de 2010. Solitario, BNP Paribas estima que el euro puede quedar bajo paridad con el dólar el primer trimestre de 2011, perspectiva que comparten 43 analistas de Bloomberg. <br />
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Este jueves, de todas maneras, los mercados volvieron a la volatilidad accionaria, son bajas en Nueva York (3,6 a 4,1%), París (2,25%), Fráncfort (2,01%), Londres (1,65%), Tokio (1,54%) y Singapur (3,5% en la apertura del viernes). En occidente, otro tema desvela más que la recesión: posibilidades de intervención cambiaria coordinada entre EE.UU. Japón y la Eurozona. Según allegados a Benjamin Bernanke (Reserva Federal) y Jean-Claude Trichet (Banco Central Europeo), analizan uno de los poquísimos instrumentos todavía no empleado para curar al euro. Mervyn King (banco de Inglaterra) no ha sido consultado. <br />
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