Que, por otra parte, se mantiene en 4% y refleja la fuerte inercia del proceso inflacionario, según advierte el informe de la consultora Ecolatina.
Vale destacar que, si bien la carne vacuna cerraría el mes creciendo a un ritmo similar al del resto de los precios, se espera un mayor dinamismo de bienes de consumo masivo, a diferencia de lo ocurrido en los últimos meses.
Esta tendencia se sostendría durante la segunda parte de febrero, que cerraría con una inflación en torno del 3,3%. Sin embargo, la estacionalidad propia de marzo (educación, indumentaria, por ejemplo), así como ajustes en prepagas, combustibles y posible actualización de tarifas, le pondrían un piso elevado al tercer mes del año llevando la inflación acumulada del primer trimestre del año a superar 10%.
En este contexto, atrasar el tipo de cambio oficial se perfila como la principal arma del gobierno para contener la suba de precios en la previa a la “temporada alta” de negociaciones paritarias.
Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina, anticipó que “la aceleración de la inflación, más marcada aún en el sensible rubro alimentos y bebidas, ha generado una reacción dual del gobierno. Por un lado, insistir en la estrategia fútil de controles de precios.
Por el otro, comenzar a utilizar el tipo de cambio oficial como ancla para contener la suba de precios de los productos transables. Esta riesgosa estrategia -podría alterar la frágil calma cambiaria alcanzada- moderaría la suba de precios en el corto plazo, ayudando a encauzar las próximas negociaciones paritarias. No obstante, lograr que la mayoría de los acuerdos cierren en torno a la intención oficial del 30% en un año electoral no será nada sencillo: el salario real cayó por tercer año consecutivo en 2020 y la suba de precios superaría 10% durante el primer trimestre del año.
Ecolatina prevé que la inflación sea de 43% en 2021.