<p>Desde las disidencias entre China y Timothy Geithner, en su reciente visita, sobre gravámenes a rubros intensivos en uso del carbón como insumo, hasta reparos a que camiones mexicanos recorran rutas norteamericanas, barreras y obstáculos florecen por todo el planeta. A medida como se prolongue la recesión, esta clase de presiones cruzadas va en aumento.<br />
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El síndrome proteccionista se cierne sobre la reunión programada por el Grupo de los 20 para agosto. Durante la cumbre anterior (abril), al presidente Barack Obama le ocurrió lo mismo que, en noviembre, a un George W.Bush ya sin poder real. Estados Unidos no pudo imponer un compromiso de libre comercio a la Unión Europea, Japón, China, Brasil, Argentina, Sudáfrica y otros.<br />
En general, los países emergentes no creen desde hace rato en el libre intercambio. Tampoco la UE, Estados Unidos ni Japón, como lo demuestra su apego al proteccionismo agrícola. Irónicamente, uno de sus campeones –el francés Pascal Lamy- preside la Organización Mundial de Comercio. Otro, Robert Zoellick, dirige el Banco Mundial. <br />
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Durante el año pasado, en efecto, se diluyó una promesa de no aplicar más trabas comerciales en su curso. Por el contrario, se multiplicaron gravámenes a la importación o estímulos que –sostienen cada vez menos analistas ortodoxos- distorsionan los flujos de intercambio. <br />
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Según el Banco Mundial señalaba en mayo, desde la cumbre G-20 en Londres, gran parte del grupo ha adoptado nuevas medidas que restringen el comercio. Esto en la visión de una entidad hoy marcadamente antiproteccionista, muy distinta de la fundada en 1944 por los acuerdos de Bretton Woods.<br />
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Rusia elevó aranceles sobre autos usados. China elevó restricciones a la importación de carnes irlandesas, mientras India prohibía juguetes chinos. Ahora Geithner desplaza el énfasis norteamericano otra vez a la paridad dólar-yüan y reformas orientadas al mercado. En un país cuyo peculiar modelo capitalista excluye la democracia y la libre opinión.</p>
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Inevitable: hay recesiones que inspiran proteccionismo
Pese a reiterados, por momentos redundantes, llamados de parte de la dirigencia mundial en favor del libre comercio, el proteccionismo goza de buena salud. Las divergencias impiden coordinar respuestas ante el peor enfriamiento económico desde 1933/6.