Industriales aseguran que ya hay signos de reactivación

Representantes de diversos sectores coincidieron en señalar que comienza a notarse la reactivación en la industria, y agregaron que para consolidar este proceso el Estado debe diseñar "políticas estratégicas de largo plazo".

5 diciembre, 2002

Al disertar en la Octava Edición de la Conferencia Industrial
de la UIA, el presidente de la Asociación de Industriales
Metalúrgicos de la Argentina (ADIMRA), Manfredo Arheit, advirtió
que si las autoridades nacionales no fomentan el desarrollo de la
producción manufacturera, tal como lo hace Brasil, “vamos hacia
nuestra propia destrucción” por la “invasión” de productos de ese
país.

“Si hasta ahora no entendimos que Brasil hace todo lo posible
para que su industria manufacturera crezca y nosotros no hacemos
lo mismo, ello nos llevará hacia nuestra propia destrucción”,
alertó el dirigente empresario al disertar ante 300 empresarios en
Parque Norte.

En tanto, el titular de la Federación Argentina de la Industria
de la Madera Argentina (FAIMA), Mario Fridman, dijo que la
devaluación del peso “trajo alivio” a la industria del mueble, y
la recuperación del sector podría generar “más de 20 mil puestos
de trabajo en poco tiempo”.

Si bien cuestionó el modo en que se realizó la devaluación,
explicó que “permitió vislumbrar una esperanza” con el objetivo de
recuperar mercado interno y empezar a exportar.

Fridman señaló que FAIMA propondrá recuperar un plan presentado
en 1995 de “viviendas equipadas” y estimó que, cada 100 mil
inmuebles construidos, se podría dar trabajo a 25 mil personas.

A su vez, el director ejecutivo de la Unión de la Industria
Cárnica Argentina, Rubén González, reclamó “una política sanitaria
nacional, una industria frigorífica con normas sanitarias claras y
la aplicación de la ley federal de carnes en todo el país, que
hace años que está sancionada y nunca se puso en práctica”.

González pidió que la lucha sanitaria no se centre sólo en el
combate contra la fiebre aftosa, sino también contra otras
epidemias como la garrapata y la brucelosis, que ocasionan
“grandes pérdidas al sector”.

Por su parte, el vicepresidente segundo de la Cámara Argentina
de Empresarios Mineros, Martín Dedeu, señaló que el sector
registró un estancamiento en los últimos años como producto de la
baja internacional de precios y de la “estructura impositiva” de
la Argentina, y reclamó una modificación en materia fiscal para
favorecer la industria.

“Hubo una suerte de estancamiento del proceso de crecimiento y
una baja de inversiones en exploración”, explicó.

Dedeu expresó su “confianza en que eso se modifique a medida
que la situación del país se estabilice”.

En este marco, el presidente de la Cámara de la Industria
Química y Petroquímica, Oscar Vignart, consideró hoy que la falta
de apoyo estatal para el desarrollo productivo y la “desaparición”
de YPF y PeCom, “crean la necesidad de contar con políticas
estratégicas” para impulsar el crecimiento de este sector.

Según el empresario, este sector industrial vivió una
“verdadera revolución de inversión en los últimos cinco años”,
donde se destinaron 2.600 millones de dólares a la actividad
agroquímica, plástica y productos químicos”.

Guillermo Barzi, presidente de Establecimiento Humberto Canale,
proyectó un aumento del 20 por ciento en las exportaciones de
productos vitivinícolas para los próximos años, a raíz de la
mejora en el tipo de cambio y las inversiones realizadas por el
sector, aunque aclaró que se necesitan “reglas claras y estables
en comercio exterior” para lograr este objetivo.

El empresario también anticipó un aumento del 2 por ciento en
el consumo global de vinos en la Argentina, en comparación al
2001, y un aumento de precios internos del 15 por ciento.

Para el vicepresidente de Quickfood, Miguel Gorelik, el sector
cárnico necesita “una buena gobernación y reformas y modernización
del Estado” que permita bajar los costos de la producción para
mejorar la competencia.

El empresario advirtió que se debe “desembocar en un escenario
de seguridad jurídica y previsibilidad para desarrollar
inversiones”.

Por su parte, el vicepresidente de Molinos Río de la Plata,
Juan Manuel Forn, aseguró que en la última década la industria
aceitera triplicó su producción y ventas, y pidió aplicar una
fuerte reducción del IVA en toda la cadena de valor.

El ejecutivo sostuvo que el sector oleaginoso “representa al 25
por ciento de las exportaciones argentinas y por eso necesita una
política de Estado, un marco normativo y tributario favorable a la
exportación y coherente a través del tiempo para tomar decisiones
de inversión”.

Forn señaló que en la década del 90 el sector tuvo un despegue
“fenomenal”, en el que la industria invirtió 500 millones de
dólares en los últimos 5 años y la mayor concentración de esas
inversiones está en Santa Fe, que recibió el 65 por ciento del
total.

“Esto no se podría haber logrado sin la privatización de los
puertos”, sostuvo.

En tanto, el coordinador de CeDeCe Indumentaria, Héctor
Kolodny, criticó la política industrial hacia el sector textil
aplicada en el país durante la década del ´90, período en el cual,
según afirmó, “se perdieron 180 mil puestos de trabajo por el
cierre de 2.500 empresas”.

Remarcó que, desde la devaluación de enero pasado, el sector
exportó un 40 por ciento más, y comparado septiembre de 2002
contra el mismo mes de 2001 crecieron 83 por ciento, al tiempo que
las importaciones cayeron 52 por ciento.

Al disertar en la Octava Edición de la Conferencia Industrial
de la UIA, el presidente de la Asociación de Industriales
Metalúrgicos de la Argentina (ADIMRA), Manfredo Arheit, advirtió
que si las autoridades nacionales no fomentan el desarrollo de la
producción manufacturera, tal como lo hace Brasil, “vamos hacia
nuestra propia destrucción” por la “invasión” de productos de ese
país.

“Si hasta ahora no entendimos que Brasil hace todo lo posible
para que su industria manufacturera crezca y nosotros no hacemos
lo mismo, ello nos llevará hacia nuestra propia destrucción”,
alertó el dirigente empresario al disertar ante 300 empresarios en
Parque Norte.

En tanto, el titular de la Federación Argentina de la Industria
de la Madera Argentina (FAIMA), Mario Fridman, dijo que la
devaluación del peso “trajo alivio” a la industria del mueble, y
la recuperación del sector podría generar “más de 20 mil puestos
de trabajo en poco tiempo”.

Si bien cuestionó el modo en que se realizó la devaluación,
explicó que “permitió vislumbrar una esperanza” con el objetivo de
recuperar mercado interno y empezar a exportar.

Fridman señaló que FAIMA propondrá recuperar un plan presentado
en 1995 de “viviendas equipadas” y estimó que, cada 100 mil
inmuebles construidos, se podría dar trabajo a 25 mil personas.

A su vez, el director ejecutivo de la Unión de la Industria
Cárnica Argentina, Rubén González, reclamó “una política sanitaria
nacional, una industria frigorífica con normas sanitarias claras y
la aplicación de la ley federal de carnes en todo el país, que
hace años que está sancionada y nunca se puso en práctica”.

González pidió que la lucha sanitaria no se centre sólo en el
combate contra la fiebre aftosa, sino también contra otras
epidemias como la garrapata y la brucelosis, que ocasionan
“grandes pérdidas al sector”.

Por su parte, el vicepresidente segundo de la Cámara Argentina
de Empresarios Mineros, Martín Dedeu, señaló que el sector
registró un estancamiento en los últimos años como producto de la
baja internacional de precios y de la “estructura impositiva” de
la Argentina, y reclamó una modificación en materia fiscal para
favorecer la industria.

“Hubo una suerte de estancamiento del proceso de crecimiento y
una baja de inversiones en exploración”, explicó.

Dedeu expresó su “confianza en que eso se modifique a medida
que la situación del país se estabilice”.

En este marco, el presidente de la Cámara de la Industria
Química y Petroquímica, Oscar Vignart, consideró hoy que la falta
de apoyo estatal para el desarrollo productivo y la “desaparición”
de YPF y PeCom, “crean la necesidad de contar con políticas
estratégicas” para impulsar el crecimiento de este sector.

Según el empresario, este sector industrial vivió una
“verdadera revolución de inversión en los últimos cinco años”,
donde se destinaron 2.600 millones de dólares a la actividad
agroquímica, plástica y productos químicos”.

Guillermo Barzi, presidente de Establecimiento Humberto Canale,
proyectó un aumento del 20 por ciento en las exportaciones de
productos vitivinícolas para los próximos años, a raíz de la
mejora en el tipo de cambio y las inversiones realizadas por el
sector, aunque aclaró que se necesitan “reglas claras y estables
en comercio exterior” para lograr este objetivo.

El empresario también anticipó un aumento del 2 por ciento en
el consumo global de vinos en la Argentina, en comparación al
2001, y un aumento de precios internos del 15 por ciento.

Para el vicepresidente de Quickfood, Miguel Gorelik, el sector
cárnico necesita “una buena gobernación y reformas y modernización
del Estado” que permita bajar los costos de la producción para
mejorar la competencia.

El empresario advirtió que se debe “desembocar en un escenario
de seguridad jurídica y previsibilidad para desarrollar
inversiones”.

Por su parte, el vicepresidente de Molinos Río de la Plata,
Juan Manuel Forn, aseguró que en la última década la industria
aceitera triplicó su producción y ventas, y pidió aplicar una
fuerte reducción del IVA en toda la cadena de valor.

El ejecutivo sostuvo que el sector oleaginoso “representa al 25
por ciento de las exportaciones argentinas y por eso necesita una
política de Estado, un marco normativo y tributario favorable a la
exportación y coherente a través del tiempo para tomar decisiones
de inversión”.

Forn señaló que en la década del 90 el sector tuvo un despegue
“fenomenal”, en el que la industria invirtió 500 millones de
dólares en los últimos 5 años y la mayor concentración de esas
inversiones está en Santa Fe, que recibió el 65 por ciento del
total.

“Esto no se podría haber logrado sin la privatización de los
puertos”, sostuvo.

En tanto, el coordinador de CeDeCe Indumentaria, Héctor
Kolodny, criticó la política industrial hacia el sector textil
aplicada en el país durante la década del ´90, período en el cual,
según afirmó, “se perdieron 180 mil puestos de trabajo por el
cierre de 2.500 empresas”.

Remarcó que, desde la devaluación de enero pasado, el sector
exportó un 40 por ciento más, y comparado septiembre de 2002
contra el mismo mes de 2001 crecieron 83 por ciento, al tiempo que
las importaciones cayeron 52 por ciento.

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