Hillary debuta en Asia oriental
Por primera vez desde 1969, una secretaria de Estado estadounidense cruza primero el Pacífico. Hillary Rodham visita Japón (17 a 18), Indonesia (19), Surcorea (20) y China (20 a 22). Anfitriones: Taro Aso, Susilo Yudhoyono, Li Myung-bak y Wen Jiabao.
16 febrero, 2009
<p>La ex senadora, pues, quiebra una tradición, la de cruzar el Atlántico norte, gesto que debiera preocupar en Europa occidental. Especialmente a una Gran Bretaña, aliada incondicional y gratuita de George W. Bush en cuanta aventura bélica se embarcó. Máximo tras la primera definición: reafirmar el papel de China como “socia estratégica”.<br />
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Esto resulta traumático para quienes, en Estados Unidos o afuera, ponen la democracia –o la economía de mercado, al menos- como condiciones indispensables para ser aliado de Washington. Otra señal es clara: pese a la guerra en Gaza y la derechización de Tel Aviv, Palestina-Israel son menos prioritarios que la otra punta de Asia.<br />
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Estos cambios denotan, además, el creciente papel de Turquía, Egipto y Saudiarabia en el tablero levantino. Cabe recordar que el único caso anterior le cupo a Dean Rusk (bajo Lyndon Johnson, 1963/9) y reflejaba una situación opuesta: la guerra en Vietnam.<br />
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En Tokio, Hillary encontrará un primer ministro en problemas, uno de los cuales es la belicosidad de Norcorea –cuyo poder nuclear es superior al de Irán-, tema que también desvela a Seúl. Surcorea quiere mayor presencia militar estadounidense, pero las prioridades en Afganistán-Pakistán pesan. Indonesia manifiesta el interés de Washington en el país musulmán más poblado del mundo (220 millones). Amén de no árabe, ese gobierno es moderado y no ve con buenos ojos las guerrillas en sur filipino.<br />
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Por el contrario, no existe ese tipo de ingredientes en las relaciones EE.UU.-China. Eso facilita la nueva política que define a Beijing como socio estratégico y, por otro lado, pone en primer plano los primeros éxitos de su plan de estímulos por US$ 590.000 millones.<br />
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En términos geopolíticos, quizá sea una “capitis diminutio” del dalai Lama, cuya causa quedará en manos de India, una anfitriona algo distante. Otro problema, Birmania, probablemente sea dejado a China misma, pues el tráfico de armas y drogas originado en el “triángulo de oro” (centro de Indochina) la afecta tanto como a Vietnam (una potencia regional). <br />
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