Henry Paulson y otro pase de factura a Buenos Aires

La secretaría de Hacienda norteamericana objeta un crédito del Banco Mundial a la Argentina. Ahora, Paulson –hombre de Goldman Sachs- exige directamente un alza de tarifas energéticas, quizás a instancias de Rodrigo Rato.

8 septiembre, 2006

En realidad, es el segundo pase de facturas desde que Argentina -junto con Brasil, India y otros- objetó ajustes arbitrarios de cuotas (y derechos a voto) resuelto por Rato en el Fondo Monetario Internacional. El primero se intentó en el Banco Interamericano de Desarrollo, pero fracasó.

Hay dos aspectos curiosos. Primero, que el crédito bochado se destinaba a un plan para mejorar eficiencia energética. Segundo, que el “Financial times” acaba de elogiar la economía y la solidez de la moneda en el país. En cuanto a la actitud intervencionista de Paulson –las tarifas son cuestiones internas-, posiblemente se relacione además con el apoyo de Buenos Aires a Caracas.

La suma es insignificante (US$ 15.200.000), pero ha servido para reactivar un “lobby” local de prensa pro Washington que, hace poco, hasta inventó una reforma constitucional atribuida a Néstor Kirchner. Más tarde, una entidad fantasma ubicó Argentina a la cola en una lista de países propicios para hacer negocios. Resultó irónico que, días después, el riesgo soberano bajase a niveles anteriores a 2001 y el FT hablara bien del peso.

En realidad, es el segundo pase de facturas desde que Argentina -junto con Brasil, India y otros- objetó ajustes arbitrarios de cuotas (y derechos a voto) resuelto por Rato en el Fondo Monetario Internacional. El primero se intentó en el Banco Interamericano de Desarrollo, pero fracasó.

Hay dos aspectos curiosos. Primero, que el crédito bochado se destinaba a un plan para mejorar eficiencia energética. Segundo, que el “Financial times” acaba de elogiar la economía y la solidez de la moneda en el país. En cuanto a la actitud intervencionista de Paulson –las tarifas son cuestiones internas-, posiblemente se relacione además con el apoyo de Buenos Aires a Caracas.

La suma es insignificante (US$ 15.200.000), pero ha servido para reactivar un “lobby” local de prensa pro Washington que, hace poco, hasta inventó una reforma constitucional atribuida a Néstor Kirchner. Más tarde, una entidad fantasma ubicó Argentina a la cola en una lista de países propicios para hacer negocios. Resultó irónico que, días después, el riesgo soberano bajase a niveles anteriores a 2001 y el FT hablara bien del peso.

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