domingo, 22 de diciembre de 2024

Gripe aviar: se proponen vacunas semigenérica

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Más de treinta países analizan la posibilidad de una vacuna “semigenérica”, Es decir, cuya patente sea compartida por la propietaria a efectos específicos, según proponen Argentina, Brasil y Méjico.

Pero hay matices. Por un lado, Brasil negocia con el grupo suizo Roche la producción local de oseltamivir –base del compuesto Tamiflu-, vía licencia voluntaria. Por el otro, Argentina prefiere ampliar el debate al concepto mismo de propiedad intelectual y patente exclusiva en emergencias sanitarias.

En otro plano, sigue siendo poco claro si la gripe del pollo es una pandemia o todavía no. La detección de brotes en Rusia, Croacia, Portugal y, quizás, Alemania parece apuntar a lo primero. Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud –que establece seis niveles de morbo- sostiene que el mal se halla hoy en nivel 3. Dicho de otro modo, aún encuentra obstáculos para pasar de persona a persona y convertirse en epidemia.

La mayoría de las entidades ecologistas no está convencida. Por el contrario, teme que una “neurosis fomentada desde los medios” desate una cacería incontrolada de aves migratorias, lo cual “causará daños irreparables al equilibrio entre especies”. A su vez, algunos médicos subrayan un detalle poco tenido en cuenta: además de pocos casos fatales, éstos se concentran en Asia oriental, sudoriental y meridional, donde vastas poblaciones humanas viven en hacinamiento, pobreza y falta de higiene. Los dos últimos factores se dan también en el África subsahariana y áreas latinoamericanas.

Mientras siguen las discusiones, Hungría ha confirmado el desarrollo de una vacuna contra el mal que, por el momento, protege sólo del contagio vía aves de corral. Aislado el virus mutante, se precisan 90 días para fabricar el compuesto y otros 30 para la aplicación masiva.

El prototipo parte del virus H5N1, aislado a principios de año en una paciente del sudeste asiático por la OMS. La cepa fue luego remitida a cincuenta laboratorios ubicados en Estados Unidos, Japón, Francia, Italia, España, Brasil, Gran Bretaña, Rusia, China, Australia, Alemania, Holanda, Sudáfrica y Hungría. Algunos especialistas estiman que el producto mágyar es una vacuna prepandémica. En teoría, debiera generar defensas inmunológicas orientadas a impedir el contagio proveniente de aves de corral. No de migratorias ni salvajes”.

Lo mismo señala Budapest. En realidad, ése es el objetivo principal de la OMS, porque 70% de las víctimas humanas del virus vive en Asía oriental y sudoriental, donde la cría de gallináceas tiene un volumen sin parangón en el mundo. Por otra parte, los todavía escasos casos fatales también se han dado en esas regiones.

Entonces ¿cuál sería el antígeno definitivo? “Uno de características afines a una eventual pandemia y al virus mutante, cuya efectividad no sea esporádica”, señalan voceros de la OMS. Sea como fuere, la vacuna húngara podría detener el problema en su área originaria, algo sin duda positivo.

En cuanto a una futura vacuna pandémica, impediría el contagio de ulteriores virus mutantes en humanos. Por supuesto, en economías avanzadas también se busca desarrollar un antígeno veterinario, o sea aplicable a pollos, pavos, gansos, etc. Las peculiares características del brote, en el estado actual, ayudan: su creciente difusión geográfica no se refleja todavía en un aumento comparable de casos fatales.

Respecto de una vacuna persona a persona, Japón, EE.UU., Holanda y Rusia tienen estudios clínicos avanzados y esperan resultados para los primeros meses de 2006. El “mapa de mutaciones” que se emplea en esos trabajos se usa, también, para evaluar farmoquímicos ya existentes, aunque de efectos limitados. Por ejemplo, Tamiflu o Relenza (GlaxoSmithKline). Al respecto, la OMS llegó a una conclusión poco favorable al producto suizo: aun en dosis completas, sólo protege al paciente, sin impedir el contagio.

Pero hay matices. Por un lado, Brasil negocia con el grupo suizo Roche la producción local de oseltamivir –base del compuesto Tamiflu-, vía licencia voluntaria. Por el otro, Argentina prefiere ampliar el debate al concepto mismo de propiedad intelectual y patente exclusiva en emergencias sanitarias.

En otro plano, sigue siendo poco claro si la gripe del pollo es una pandemia o todavía no. La detección de brotes en Rusia, Croacia, Portugal y, quizás, Alemania parece apuntar a lo primero. Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud –que establece seis niveles de morbo- sostiene que el mal se halla hoy en nivel 3. Dicho de otro modo, aún encuentra obstáculos para pasar de persona a persona y convertirse en epidemia.

La mayoría de las entidades ecologistas no está convencida. Por el contrario, teme que una “neurosis fomentada desde los medios” desate una cacería incontrolada de aves migratorias, lo cual “causará daños irreparables al equilibrio entre especies”. A su vez, algunos médicos subrayan un detalle poco tenido en cuenta: además de pocos casos fatales, éstos se concentran en Asia oriental, sudoriental y meridional, donde vastas poblaciones humanas viven en hacinamiento, pobreza y falta de higiene. Los dos últimos factores se dan también en el África subsahariana y áreas latinoamericanas.

Mientras siguen las discusiones, Hungría ha confirmado el desarrollo de una vacuna contra el mal que, por el momento, protege sólo del contagio vía aves de corral. Aislado el virus mutante, se precisan 90 días para fabricar el compuesto y otros 30 para la aplicación masiva.

El prototipo parte del virus H5N1, aislado a principios de año en una paciente del sudeste asiático por la OMS. La cepa fue luego remitida a cincuenta laboratorios ubicados en Estados Unidos, Japón, Francia, Italia, España, Brasil, Gran Bretaña, Rusia, China, Australia, Alemania, Holanda, Sudáfrica y Hungría. Algunos especialistas estiman que el producto mágyar es una vacuna prepandémica. En teoría, debiera generar defensas inmunológicas orientadas a impedir el contagio proveniente de aves de corral. No de migratorias ni salvajes”.

Lo mismo señala Budapest. En realidad, ése es el objetivo principal de la OMS, porque 70% de las víctimas humanas del virus vive en Asía oriental y sudoriental, donde la cría de gallináceas tiene un volumen sin parangón en el mundo. Por otra parte, los todavía escasos casos fatales también se han dado en esas regiones.

Entonces ¿cuál sería el antígeno definitivo? “Uno de características afines a una eventual pandemia y al virus mutante, cuya efectividad no sea esporádica”, señalan voceros de la OMS. Sea como fuere, la vacuna húngara podría detener el problema en su área originaria, algo sin duda positivo.

En cuanto a una futura vacuna pandémica, impediría el contagio de ulteriores virus mutantes en humanos. Por supuesto, en economías avanzadas también se busca desarrollar un antígeno veterinario, o sea aplicable a pollos, pavos, gansos, etc. Las peculiares características del brote, en el estado actual, ayudan: su creciente difusión geográfica no se refleja todavía en un aumento comparable de casos fatales.

Respecto de una vacuna persona a persona, Japón, EE.UU., Holanda y Rusia tienen estudios clínicos avanzados y esperan resultados para los primeros meses de 2006. El “mapa de mutaciones” que se emplea en esos trabajos se usa, también, para evaluar farmoquímicos ya existentes, aunque de efectos limitados. Por ejemplo, Tamiflu o Relenza (GlaxoSmithKline). Al respecto, la OMS llegó a una conclusión poco favorable al producto suizo: aun en dosis completas, sólo protege al paciente, sin impedir el contagio.

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