Grecia y su capacidad de destruir la Eurozona
Puede suceder: un viernes, tras semanas de rumores, el gobierno heleno desencadena la pesadilla. Atenas abandonará el euro como moneda única y volverá al dracma, emulando a Polonia o Suecia, que nunca han dejado el peso oro (zloty) ni la corona.
13 diciembre, 2011
<p>Un estudio encarado en Francia presume que un retorno a la vieja moneda –creada en 1831- significará un paraíso para turistas. Por el contrario, al reabrirse los bancos el lunes, o cuando se resuelva, nada será lo mismo. <br />
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Colas de griegos iracundos se agolparán a sus puertas en pos de depósitos congelados. El dracma se derrumbará más de 60% y los precios llegarán a las nubes en los escasos comercios abiertos.<br />
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Rápidamente, se cortan las líneas de crédito, el país se sumerge en la insolvencia, cunde el caos, cae el gabinete y los militares usurpan el poder, prevé este análisis. Esta temible cadena de acontecimientos es perfectamente factible. No sólo en Grecia. Otras economías dañadas de la Eurozona podría acompañar a la helena, perspectiva para nada desdeñable.<br />
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En verdad, ese tipo de eventos tal vez no se produzca. Pero el mero espectro de otra Grecia y sus efectos colaterales explican las apresuradas decisiones de la reciente cumbre en Bruselas y el pesimismo del presidente Nicolas Sarkozy sobre el futuro de la Unión Europea. <br />
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Esas perspectivas impulsaron la adopción de estrictas normas fiscales. Oficialmente, los responsables de la Eurozona se niegan a discutir la sola posibilidad de que algún estado abandone la unión monetaria. Como señalaba Mario Monti, nuevo director gerente del BCE, “sería imprudente lanzar planes para contingencias hipotéticas”.</p>
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