Grandes inversiones chinas en Europa

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Las empresas chinas tienen una presencia cada vez más fuerte en Europa. Comenzaron durante la crisis con los países más afectados pero se afianzan cada vez más por todo el continente y hoy están en un verdadero festival de compras.

Mientras los inversores huían de Europa durante los peores días de la crisis de la deuda, empresas chinas se movían en la dirección opuesta y llegaban con sus bolsillos llenos de dinero a los países más agobiados de la periferia de la eurozona.

 

En 2010, el total de acciones de la inversión directa china en la Unión europea fue de más de €6.100 millones, menos . Para finales de 2012 las acciones chinas se habían cuadruplicado a casi € 27.000 millones, según cifras compiladas por el Deustche Bank.

 

Según los analistas, esta fiebre de compras equivalía a una transformación del modelo de inversiones chinas en el exterior. Según estimaciones para la próximas década las inversiones seguirán creciendo sostenidamente durante la próxima década.

 

Las empresas chinas se lanzaron a una estrategia de adquisición de activos estratégicos por toda Europa – Milán, Madrid, Lisboa, Atenas — aprovechando su abundancia de recursos y la acuciante necesidad de liquidez de los europeos. Con ello lograba diversificar sus inversiones internacionales y acceder a tecnología. Reforzaba así la política que iniciara en 1999 de salir al mundo y aumentar su poderío económico.

 

La incursión no siempre fue un viaje sencillo. Cuando un consorcio estatal chino ganó la licitación para construir una autopista entre Varsovia y Berlín, el gobierno en Beijing presentó la operación como un modelo para los contratistas chinos en Europa. Pero luego de excederse varias veces en los costos presupuestados y violar repetidamente la ley laboral local, el gobierno polaco canceló el contrato con Covec, el consorcio chino en 2011,a menos de dos años de iniciado el contrato.

Ese desastre se convirtió en el ejemplo de los problemas legales y culturales que tienen los inversores chinos cuando intentan hacer negocios o comprar empresas en Europa. Pero ni ese fracaso ni muchos otros hicieron mella en la confianza de china en emprendimientos europeos, aun en épocas turbulentas.

 

La inversión anual del gigante asiático en Europa ha caído algo desde 2011 y 2012, pero los analistas en el viejo continente ven sólidos acuerdos en evolución y señales de que la inversión aumentará mucho durante la década.

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