Globalización, entre el crac de 1907 y las turbulencias actuales

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El descalabro bursátil de 1907 suele silenciarse. Pero, al promover las guerras balcánicas de 1912/13, llevó a la de 1914/8 y la crisis de una globalización. La siguiente, iniciada en 1945 -no en 1990-, se tambalea desde 2007.

<p>Mirando las cosas por el rev&eacute;s, medios fieles a los mercados especulativos (&ldquo;Financial Times, Wall Street Journal, Economist, Neue Z&uuml;rcher&rdquo;) sostienen que la creciente injerencia estatal pone el peligro la globalizaci&oacute;n. M&aacute;xime tras las intervenciones del gobierno norteamericano para salvar firmas de valores o, pronto, hipotecarias paraestatales. Esta escuela de pensamiento identifica la globalizaci&oacute;n no con la segunda posguerra &ndash;como demostraron Kenneth Galbraith o James Tobin-, sino con el colapso de las econom&iacute;as centralmente planificadas (1989/91).</p>
<p>Ni siquiera eso es correcto, pues reduce ese &rdquo;universo&rdquo; a la ex Uni&oacute;n Sovi&eacute;tica, sin tener presentes a China o Vietnam ni casos tan extremos como Cuba, Birmania o algunos estados africanos. Sea como fuere, tampoco la baja de barreras comerciales o la apertura excesiva de econom&iacute;as en desarrollo (Argentina fue emblem&aacute;tica en 1990/2001) implicaba una globalizaci&oacute;n sist&eacute;mica como la pretendida por el difunto consenso de Washington (1989).</p>
<p>Ejemplos tan actuales como Rusia, China, Vietnam, Ir&aacute;n, Brasil o India indican que una variedad de sectores primarios (hidrocarburos, productos agr&iacute;colas) nunca dejaron de estar sujetos a control o supervisi&oacute;n estatal. Menos ahora, cuando sus precios internacionales &ndash;esto s&iacute; atados a la globalizaci&oacute;n especulativa- quiebran r&eacute;cord tras r&eacute;cord, por lo menos hasta mediados de julio.</p>
<p>Un pa&iacute;s secularmente adicto a la econom&iacute;a centralmente planificada, Rusia, se ha embarcado en una especie de resovietizaci&oacute;n basada en hidrocarburos. A tal punto que su monopolio Gazprom, una de las mayores compa&ntilde;&iacute;as del mundo, sirve para presionar a econom&iacute;as en apariencia tan &ldquo;globales&rdquo; como las de Europa occidental.</p>
<p>Ese papel puede recaer, en las Am&eacute;ricas, sobre Brasil y Venezuela. No hace falta barajar semejante hip&oacute;tesis para verificar que la &ldquo;globalizaci&oacute;n&rdquo; ha puesto la suerte de grandes bancas norteamericanas y el propio d&oacute;lar en manos de una econom&iacute;a centralmente planificada, China, y las autocracias musulmanas de la pen&iacute;nsula ar&aacute;biga, v&iacute;a fondos soberanos de inversi&oacute;n. Algunos de ellos (Ab&uacute; Dhabi, Dubai, Kuwait) inclusive compran participaciones en grandes bolsas occidentales.</p>

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