<p>Tras las incursiones aéreas del gobierno ghadafista, el gabinete provisional de Benghazi pidió a Naciones Unidas –o sea el consejo de seguridad- y a la Organización del Tratado Noratlántico “dejar de lado divergencias intestinas e intervenir para acelerar el fin del coronel. Solos, no podemos hacer mucho, salvo retener Cirenaica”.<br />
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Con el banco central italiano al frente (Mario Draghi), poco a poco se devela la red financiera de Trípoli, empezando por Unicredito –entidad privada ítalogermana- y su nexo con un fondo controlado por Se’if al-Islam Ghadafi, primogénito del raís. Por su parte, Gran Bretaña ha logrado ya congelar casi un millón de esterlinas en activos, pero busca recobrar un total diez veces superior. Un tercio del monto está colocado en Pearson, la editora del Financial Times, nada menos. Otra suma, esta vez en dinares libios, se halla retenida por DeLa Rue, la casa impresora de moneda.<br />
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España es un caso curioso: Madrid ha congelado 6.500 hectáreas de terrenos en Málaga, propiedad personal de Muammar Ghadafi desde hace veinte años. En Estados Unidos, el departamento de hacienda congeló el lunes 28 alrededor de US$ 30.000 millones pertenecientes a la familia del coronel y al estado libio, hoy en interdicto.<br />
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La ambigua Suiza y su satélite Liechtenstein no podían estar ausentes. Hace una semana, Berna desmentía que el dictador tuviese bienes en la confederación. Poco después, el Banco Nacional (central) resolvió “congelar todo activo propiedad de los Ghadafi”. Volviendo a Roma, el banco central libio tiene 4,9% en Unicredito (€ 1.700 millones a precio de mercado) y la Lybian Investment Authority agrega € 770 millones más 500 millones en ENI, 120 millones en Finmeccanica y 1.200 millones en el club Juventus.<br />
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Llama la atención que el gobierno de Silvio Berlusconi –hoy en rebeldía ante la justicia por otros motivos- no haya hecho aún nada al respecto. Tampoco el banco JPMorgan Chase ha despedido a su consultor especial en temas libios, el simpático Antony Blair.<br />
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En cuanto al desarrollo de la guerra civil –que ha costado ya casi 2.500 vidas-, al parecer Trípoli orienta sus últimos esfuerzos contra compañías petroleras, más que contra los rebeldes. Según estiman en Londres, Washington, Bruselas y Berlín, la clave de la batalla final reside en oleoductos, puertos y refinerías. Particularmente entre Ajdabiya al este y Sirte, ciudad natal del coronel, en el centro-oeste.<br />
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Ghadafi intenta en vano recobrar áreas petroleras
Pese al fuego de los Mirage sobre Brega y Ajdaviya, en la costa central, los rebeldes se sostienen gracias a asistencia del exterior. Entretanto, surgen datos sobre la fortuna de la familia y los fondos soberanos libios. Pero se divide la OTAN.