Poderoso jeque exige ley islámica en Yemen

Mientras miles de manifestantes pro o contra el presidente Alí Abdullá Saleh volvían a las calles de Sanaa, Adén, etc., un ex maestro de Osama bin Laden se unió a ellos, pero para pedir la instauración de un estado islámico ortodoxo.

2 marzo, 2011

<p>El jeque Abdul Majeed al-Zindan&iacute; figura desde 2004 en una lista de &ldquo;terroristas globales de especial peligrosidad&rdquo;, confeccionada por el departamento de hacienda estadounidense. Se lo sindica como recaudador de fondos para al-Qaeda y grupos afines. Resulta curioso su planteo: marca un contraste con el tono de las sublevaciones que derribaron aut&oacute;cratas laicos en T&uacute;nez o Egipto y est&aacute;n por hacerlo en Libia, Bahrein, Yemen mismo y Om&aacute;n.<br />
<br />
Como &ldquo;venerable maestro&rdquo; (eso significa sheikh, jeque) en Yemen, otrora sol&iacute;a oponerse p&uacute;blicamente al terrorismo, si no a la guerra santa (yihad). Su palabra como gu&iacute;a espiritual pesaba considerablemente en los &oacute;rdenes pol&iacute;ticos y &eacute;tico.<br />
<br />
En esta oportunidad, su aparici&oacute;n coincidi&oacute; no casualmente con un inusual despliegue antinorteamericano de Saleh, que acus&oacute; a Washington y Tel Aviv de &ldquo;fomentar malestar y desestabilizar el mundo &aacute;rabe&rdquo;. Otra actitud extra&ntilde;a, pues Estados Unidos ha estado entre los apoyos occidentales m&aacute;s fuertes de Yemen durante los treinta a&ntilde;os que lleva Saleh en el poder. &ldquo;Desde T&uacute;nez hasta el sultanato de Om&aacute;n &ndash;afirm&oacute; el personaje-, los disturbios fueron provocados por Israel y supervisados por la Casa Blanca&rdquo;.<br />
<br />
Washington resta relevancia a estas acusaciones y a las presiones ortodoxas del jeque Zindan&iacute;. &ldquo;Las manifestaciones en ese rinc&oacute;n de la pen&iacute;nsula ar&aacute;biga no se originan en conspiraciones internacionales&rdquo;, sosten&iacute;a Philip Crowley, vocero de Hillary Rodham Clinton. &ldquo;Saleh debiera ser menos arbitrario, pues la gente espera mejores respuestas.<br />
<br />
Las diatribas de Saleh y Zindane &ndash;de distinto tenor, claro- tuvieron un efecto no calculado: los manifestantes volvieron a las calles, ahora secundados por los partidos opositores. Los mismos que, el lunes, hab&iacute;an rechazado una propuesta presidencial para formar un gobierno de unidad.<br />
<br />
&nbsp;</p>

<p>En cuanto al jeque, habló al aire libre, el martes, ante algunos miles de personas que protestaban contra Saleh. Fue una escena más bien extraña, pues Zindane apareció rodeado de sus guardias privados, armado de fusiles ametralladoras soviéticos AK-47. guarecidos todos del calor bajo sombrillas. Ahí volvió a pedirle a Saleh “dimitir ante el pueblo y preparar el advenimiento de una república islámica”.<br />
<br />
El religioso recordó que, hace unos treinta años, “el presidente tomó el poder en un golpe de estado y lo retiene por la fuerza. Por ende, la única forma de sacarlo es con el pueblo en armas”. Otro detalle curioso: por años, Zindane mantuvo vínculos con Saleh como fundador del partido Islah, que representa la oposición islámica.<br />
<br />
Parte de la multitud indicó a medios y redes sociales que apoyaba al jeque porque ha endurecido su posición contra el presidente. “Ahora es una creciente influencia y coincide en que Saleh se vaya”, señaló Abdel al Garaní, un activista laico.<br />
<br />
Otros manifestantes creen que la aparición del jeque no denota creciente influencia musulmana en las protestas yemenitas. “Zindane sostuvo a Saleh cinco años –recordaba Abdul Ghaní al-Iryaní, analista político. Hoy abandona el barco porque su timonel pierde paulatinamente poder en las bases y no quiere hundirse con él”.<br />
<br />
Pero, a juzgar por el volumen de las últimas manifestaciones oficialistas, los partidarios del gobierno recobran cierto impulso. Por momentos, ambos mitines compartían un aire casi festivo, aunque la oposición aludiese a un “día de ira” inspirado en Túnez, Egipto o Bahrein. Los varones pro Saleh bailaban en las calles y daban vuelta un lema opositor (“queremos que el régimen caiga”) en uno oficialista –“el pueblo quiere a Alí Abdullá”-, aprovechando la rima en árabe.<br />
<br />
Sea como fuere, la dirección que tomen los acontecimientos en Yemen es particularmente difícil de prever, máxime si cae Saleh. Gregory Johnsen –experto norteamericano en ese país- estima que “será un caso muy distinto de Egipto. Allá Mubarak renunció dejando una sólida estructura de mandos militares. En lo tocante a la antigua Saba, los parientes de Saleh y sus aliados de la tribu Sanhan manejan todo, hasta las agencias de espionaje. Si la presidencia se derrumba, nadie sobrevivirá, excepto los burócratas”.<br />
<br />
En lo que atañe a al-Qa’eda, el capítulo yemenita –cuna de los bin Laden- “carece de fuerza u organización necesaria para tomar control de estado. Sobre todo si Suryemén (Adén) se escinde del norte pero, si media un par de años de caos, Zindane podría imponer un fundamentalista basado en la shariyá”.<br />
 </p>
<p> </p>

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades