<p>En una situación que ya bordea la guerra civil, las crecientes hostilidades llevan a un desenlace adverso a Muammar Ghadafi. La madrugada del miércoles, los rebeldes lograban frenar –tras una noche sangrienta- una carga conjunta de tanques, vehículos artillados, tropas regulares, brigadas especiales y, al parecer, aviones Mirage.<br />
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Tanto jefes revolucionarios como nuevos desertores señalan que estos ataques orillan la desesperación. Por otra parte, el intento frustrado en Zawiya pone en tela de juicio la capacidad de Trípoli para ofrecer batalla a rebeldes cuyo poder de fuego aumenta. Esta ciudad, a propósito, se halla en una zona petrolera a apenas cincuenta kilómetros de la capital.<br />
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Al mismo tiempo, el dictador afronta una creciente campaña internacional cuyo objeto es echarlo de Libia, como ha reiterado la secretaria de estado. Entretanto, Estados Unidos y algunos aliados han comenzado a tomar nuevas posiciones –más próximas a las costas occidentales- no ya sólo para fines humanitarios, sino con vistas a intervenciones militares.<br />
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Sin embargo, sorpresivos ataques de Trípoli a una refinería en el centro del país y a ciudades al este u oeste desmentían declaraciones rebeles. Según ellos, ya se hallaban cerca de liberar toda Libia. Pese a las deserciones, el coronel tiene aún aviones cuyos pilotos (¿mercenarios?) están dispuestos a bombardear ciudad tras ciudad. <br />
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De ahí a que Washington considera tender una zona de exclusión aérea sobre Libia entera. Por el contrario, Rusia rechaza esa opción y la califica de “superflua”, como reitero esa tarde en Ginebra el canciller Sierghiéi Lavrov.</p>
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Fracasan los asaltos de Ghadafi a rebeldes
Las fuerzas del coronel no lograban este martes llevar a buen puerto ofensivas contra poblaciones en Tripolitania. Tampoco prosperaban violentos embates buscando recobrar Zawiya. Pero el dictador sigue luchando en el frente occidental.