Con rara unanimidad, los medios se aferran a la gama US$ 694.000/700.000 millones pero ambas cifras han perdido asidero concreto –algunos hablan ya de US$ 843.000 millones- , aunque la segunda sea cómoda como título de noticia. La serie de retoques legislativos operada en la semana no contribuye justamente a despejar incógnitas.
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Sea como fuere, el plan surgido del senado tuvo apoyo suficiente para pasar la cámara baja y enviarse al poder ejecutivo entre sábado y domingo. De cumplirse el trámite, George W. Bush deberá firmar el proyecto y promulgarlo como ley el mismo lunes. A eso apuesta Wall Street aunque, a esta altura, su opinión no pese mucho. </p>
<p>Al menos veinticinco diputados, en general republicanos, manifestaron que abandonan su oposición. Dado que la diferencia en contra (lunes) era 23, el rescate queda asegurado. “Esto no me gusta nada –señalaba Zachary Wamp, republicano por Tenesí- y creo que es un error. Pero ya no hay opciones y debíamos actuar”. </p>
<p>La futura ley autoriza a hacienda a tomar activos tóxicos relacionados con un récord de malas hipotecas, morosidades y embargos. Contiene US$ 149.000 millones adicionales en desgravaciones impositivas, un alza (US$ 100.000 a 250.000) del máximo para acceder al seguro federal sobre depósitos y reformas en la legislación sobre títulos. </p>
<p>Asimismo, se redefinen facultades de la autoridad reguladora para dejar en suspenso ciertas normas para valuar activos. Esto es alarmante pues, hasta ahora, sólo el sector privado y sus voceros sostenían que esas pautas habían acentuado la doble crisis inmobiliaria y crediticia. Demasiadas incertidumbres y nuevos signos de recesión dejaron los principales paneles neutros. </p>
Finalmente, representantes pasó por 263 a 171 el rescate, versión del senado
Antes, por 223 a 205 votos, se bloqueaba la presentación de enmiendas al texto proveniente de la cámara alta. Se aseguró la aprobación a libro cerrado. No se sabía bien a cuánto ascenderá el baqueteado paquete y esto perjudicó a Wall Street.