Evo Morales concede tiempo, pero quiere resultados

El presidente del Movimiento al Socialismo (MAS), segundo partido más votado en las últimas elecciones generales, indicó que va a dar “un cuarto intermedio a Carlos Mesa y a su gabinete”, para permitir “primero que se organice bien con su equipo de colaboradores”.

En referencia a la tregua de 90 días sin protestas que la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) anunció el lunes, Morales manifestó que esos tres meses “pueden ser buenos para que el presidente y el gabinete den señales claras de cambio a las políticas económicas”.
No obstante, advirtió que posteriormente exigirá al Ejecutivo “la construcción de un nuevo Estado”, que debe pasar “por acabar con el modelo, el neoliberalismo”.

El líder del MAS vaticinó que la gestión de Mesa, que asumió el pasado viernes en medio de una grave crisis que llevó a la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada, de quien era vicepresidente, no será sencilla.

“Mucho dependerá de que los movimientos sociales hagan su debate correspondiente, sus propuestas consensuadas con el Ejecutivo” para conseguir “una Asamblea Constituyente, popular, de las naciones originarias” y los pueblos indígenas, dijo.

El líder campesino demanda que estos sectores sociales “sean partícipes de una nueva refundación del país, porque en 1825 (año de la Independencia de Bolivia), estos grupos no participaron en la fundación del país”.

Morales definió su proyecto de gobierno como “una democracia participativa”, y dijo tomar en cuenta las experiencia de Cuba, país del que admira sus avances “en educación y salud”; de Venezuela, por la transformación lograda con la asamblea constituyente, y de Brasil, por su propuesta de economía mixta.
El líder de los productores de coca del país anunció que, después del conflicto vivido, el grupo que dirige necesita “un amplio debate” para analizar la situación con las bases.
Mostró su disposición a mantener una reunión con Mesa, que todavía no se ha concretado, pero dijo no tener intención de precipitar ese encuentro.

En cuanto al centenar de personas que murieron en las protestas que condujeron a la salida de Sánchez de Lozada, anunció que el MAS va a coordinar la realización de un juicio de responsabilidades contra el anterior Ejecutivo y adelantó que, si no progresa, se pedirá a la Corte Penal Internacional que los juzgue por los delitos de “genocidio económico y delitos de les humanidad”.

Respecto al gabinete ministerial nombrado el lunes, que por primera vez no cuenta con representantes de los partidos políticos históricos bolivianos, Morales dijo que “son un grupo de tecnócratas ligados al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial”.

“Hay otro grupo que representa a los partidos”, agregó.
Mostró además sus dudas sobre la validez de las otras dos propuestas de Mesa, la revisión de la Ley de Hidrocarburos y la convocatoria de un referéndum sobre la exportación de gas a los mercados internacionales.

“No está claro que hay que discutir eso. Si es referéndum vinculante con relación a la exportación, a la propiedad o a la industrialización”, cuestionó.
Consideró que “el pueblo boliviano pide la total recuperación de los hidrocarburos”, porque “las trasnacionales han saqueado por demás”, con el apoyo de “la mafia política” que se benefició del proceso de privatización parcial en el país desde 1995.
“No hay nada que consultar cuando el levantamiento ha sido para recuperar los hidrocarburos”, advirtió.

Según Morales, “una vez que se recupere el gas y se industrialice, tiene que consultarse si hay que vender a Chile o por Chile”, país que como Perú ha ofrecido un puerto en el Pacífico para que Bolivia pueda exportar ese recurso energético.
De acuerdo a sus informes, si el gas se vende en las condiciones actuales, Bolivia sacará un provecho de 50 millones de dólares por año, mientras que si previamente su propiedad se revierte al Estado, se industrializa y se vende, los beneficios anuales podrían ser de 1.300 millones de dólares.

El presidente del Movimiento al Socialismo (MAS), segundo partido más votado en las últimas elecciones generales, indicó que va a dar “un cuarto intermedio a Carlos Mesa y a su gabinete”, para permitir “primero que se organice bien con su equipo de colaboradores”.

En referencia a la tregua de 90 días sin protestas que la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) anunció el lunes, Morales manifestó que esos tres meses “pueden ser buenos para que el presidente y el gabinete den señales claras de cambio a las políticas económicas”.
No obstante, advirtió que posteriormente exigirá al Ejecutivo “la construcción de un nuevo Estado”, que debe pasar “por acabar con el modelo, el neoliberalismo”.

El líder del MAS vaticinó que la gestión de Mesa, que asumió el pasado viernes en medio de una grave crisis que llevó a la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada, de quien era vicepresidente, no será sencilla.

“Mucho dependerá de que los movimientos sociales hagan su debate correspondiente, sus propuestas consensuadas con el Ejecutivo” para conseguir “una Asamblea Constituyente, popular, de las naciones originarias” y los pueblos indígenas, dijo.

El líder campesino demanda que estos sectores sociales “sean partícipes de una nueva refundación del país, porque en 1825 (año de la Independencia de Bolivia), estos grupos no participaron en la fundación del país”.

Morales definió su proyecto de gobierno como “una democracia participativa”, y dijo tomar en cuenta las experiencia de Cuba, país del que admira sus avances “en educación y salud”; de Venezuela, por la transformación lograda con la asamblea constituyente, y de Brasil, por su propuesta de economía mixta.
El líder de los productores de coca del país anunció que, después del conflicto vivido, el grupo que dirige necesita “un amplio debate” para analizar la situación con las bases.
Mostró su disposición a mantener una reunión con Mesa, que todavía no se ha concretado, pero dijo no tener intención de precipitar ese encuentro.

En cuanto al centenar de personas que murieron en las protestas que condujeron a la salida de Sánchez de Lozada, anunció que el MAS va a coordinar la realización de un juicio de responsabilidades contra el anterior Ejecutivo y adelantó que, si no progresa, se pedirá a la Corte Penal Internacional que los juzgue por los delitos de “genocidio económico y delitos de les humanidad”.

Respecto al gabinete ministerial nombrado el lunes, que por primera vez no cuenta con representantes de los partidos políticos históricos bolivianos, Morales dijo que “son un grupo de tecnócratas ligados al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial”.

“Hay otro grupo que representa a los partidos”, agregó.
Mostró además sus dudas sobre la validez de las otras dos propuestas de Mesa, la revisión de la Ley de Hidrocarburos y la convocatoria de un referéndum sobre la exportación de gas a los mercados internacionales.

“No está claro que hay que discutir eso. Si es referéndum vinculante con relación a la exportación, a la propiedad o a la industrialización”, cuestionó.
Consideró que “el pueblo boliviano pide la total recuperación de los hidrocarburos”, porque “las trasnacionales han saqueado por demás”, con el apoyo de “la mafia política” que se benefició del proceso de privatización parcial en el país desde 1995.
“No hay nada que consultar cuando el levantamiento ha sido para recuperar los hidrocarburos”, advirtió.

Según Morales, “una vez que se recupere el gas y se industrialice, tiene que consultarse si hay que vender a Chile o por Chile”, país que como Perú ha ofrecido un puerto en el Pacífico para que Bolivia pueda exportar ese recurso energético.
De acuerdo a sus informes, si el gas se vende en las condiciones actuales, Bolivia sacará un provecho de 50 millones de dólares por año, mientras que si previamente su propiedad se revierte al Estado, se industrializa y se vende, los beneficios anuales podrían ser de 1.300 millones de dólares.