El “Washington post” y otros medios liberales se encargaron de resaltar el oportunismo de Bush y sus intentos de incursionar en el patio trasero de Moscú. “A Hugo Chávez, que no es un dictador, no le toleran meterse en el Caribe”, apuntaba “Los Ángeles times”.
Los nuevos debates jiran alrededor de la “visita de estado” que Nadzarbáyev hará en septiembre a la capital norteamericana. El ex jefe comunista retiene el poder desde 1990, cuando se separó de la luego extinta Unión Soviética. Por supuesto, el nepótico ex cosaco ya no es “marxista” aunque –en rigor y como Fidel Castro- jamás lo fuera antes.
El autócrata no se ha privado de casi nada. Desde encarcelar gente para manejar elecciones hasta hacer asesinar dos líderes opositores que molestaban demasiado, pasando por cerrar publicaciones que no loe elogiaban bastante. Por cierto, ése el modelo imperante en las otras repúblicas centroasiáticas, ante el cual hasta Irán –donde hay instituciones, recambios en el poder y escasa corrupción- parece democrático.
Buen amigo de Tehrán (le vende componentes nucleares) y Moscú, empero Kadzajstán no figura en el eje del mal. Su imagen es peor que la de Pakistán -otra autocracia difusora de tecnología atómica- o la de China. Por supuesto, en este caso Estados Unidos tiene razones geopolíticas muy atendibles, las mismas que inspiraban a Richard Nixon y Henry Kissinger en los años 70.
Pero el pomposo recibimiento planeado para Nadzarbáyev en Washington roza lo ridículo. ”Estará presente George H.W.Bush, pues ya sabe que arribará un viejo amigo suyo y de EE.UU.” explicó conmovido Thomas Freccette, portavoz de Bush padre. Por supuesto, el motor de la invitación es el vicepresidente Richard Cheney, operador de un “lobby” petrolero que aspira a las reservas kadzajas en el noreste del mar Caspio.
El “Washington post” y otros medios liberales se encargaron de resaltar el oportunismo de Bush y sus intentos de incursionar en el patio trasero de Moscú. “A Hugo Chávez, que no es un dictador, no le toleran meterse en el Caribe”, apuntaba “Los Ángeles times”.
Los nuevos debates jiran alrededor de la “visita de estado” que Nadzarbáyev hará en septiembre a la capital norteamericana. El ex jefe comunista retiene el poder desde 1990, cuando se separó de la luego extinta Unión Soviética. Por supuesto, el nepótico ex cosaco ya no es “marxista” aunque –en rigor y como Fidel Castro- jamás lo fuera antes.
El autócrata no se ha privado de casi nada. Desde encarcelar gente para manejar elecciones hasta hacer asesinar dos líderes opositores que molestaban demasiado, pasando por cerrar publicaciones que no loe elogiaban bastante. Por cierto, ése el modelo imperante en las otras repúblicas centroasiáticas, ante el cual hasta Irán –donde hay instituciones, recambios en el poder y escasa corrupción- parece democrático.
Buen amigo de Tehrán (le vende componentes nucleares) y Moscú, empero Kadzajstán no figura en el eje del mal. Su imagen es peor que la de Pakistán -otra autocracia difusora de tecnología atómica- o la de China. Por supuesto, en este caso Estados Unidos tiene razones geopolíticas muy atendibles, las mismas que inspiraban a Richard Nixon y Henry Kissinger en los años 70.
Pero el pomposo recibimiento planeado para Nadzarbáyev en Washington roza lo ridículo. ”Estará presente George H.W.Bush, pues ya sabe que arribará un viejo amigo suyo y de EE.UU.” explicó conmovido Thomas Freccette, portavoz de Bush padre. Por supuesto, el motor de la invitación es el vicepresidente Richard Cheney, operador de un “lobby” petrolero que aspira a las reservas kadzajas en el noreste del mar Caspio.