Estados Unidos tiene una enorme reserva de petróleo

En Freeport, Texas hay un enorme complejo protegido guardias armados. Es la reserva petrolera estratégica de Estados Unidos, donde está guardada la mayor parte de los 700 millones de barriles del gobierno.

7 diciembre, 2004

Los contribuyentes estadounidenses llevan invertidos unos US$ 20.000 millones para construir y almacenar esta reserva y otras tres en lugares escondidos desde que fue creada en 1975 como respuesta al embargo petrolero árabe y había comenzado dos años antes. Hoy, después de 29 años, está a punto de ser llenado hasta el borde por primera vez. La decisión de llenar la reserva al máximo la tomó Bush después del 11 de septiembre de 2001, con la esperanza de crear un reaseguro para el caso de un shock petrolero.

Algunos economistas especializados en energía dicen que esas reservas están teniendo importantes efectos en los precios del petróleo. Suponen que Estados Unidos ya no presionará por subir los precios agregando a la reserva y que ese enorme depósito reducirá la vulnerabilidad del país ante cualquier posible shock. Otros dicen que la reserva sirve simplemente para dormir más tranquilos, seguros de que el país tiene asegurada su provisión de energía.

No queda claro, sin embargo, si eso sirve para proteger al país de los vaivenes ni tampoco si afecta de algún modo la dirección de los precios mismos. Lo que sí está claro, es que la operación casi secreta es coloso y centro neurálgico en el mundo energético.

El tema de asegurar la provisión energética adquirió nueva significación el año pasado, cuando grupos terroristas se ensañaban con las instalaciones petroleras en Irak y Arabia Saudita y los conflictos políticos asolaban dos países exportadores de petróleo: Nigeria y Venezuela.

Pero aunque la reserva quedará totalmente llena a principios del año entrante, de ninguna manera significa para Estados Unidos un colchón de seguridad suficiente. En total, podría cubrir sólo dos meses de las necesidades de importación del país. En verdad, se admite ahora que la dependencia que el país tiene del petróleo importado y el aumento de la demanda global han vuelto a los mercados energéticos cada vez más vulnerables a las alteraciones.

Parte del proyecto energético que el Congreso tratará el año que viene contempla la ampliación de la reserva petrolera a 300 millones de barriles. No es el único caso. Japón, Corea del Sur, Taiwán y Alemania ya tienen sus propios reservorios. China, que el año pasado superó a Japón para situarse segundo importador de petróleo, e India, que compite con China por provisión energética en algunos países en desarrollo, también proyectan sus propias reservas estratégicas de petróleo. Hasta Rusia, el más grande productor de crudo del mundo, está estudiando construir una reserva propia.

Los contribuyentes estadounidenses llevan invertidos unos US$ 20.000 millones para construir y almacenar esta reserva y otras tres en lugares escondidos desde que fue creada en 1975 como respuesta al embargo petrolero árabe y había comenzado dos años antes. Hoy, después de 29 años, está a punto de ser llenado hasta el borde por primera vez. La decisión de llenar la reserva al máximo la tomó Bush después del 11 de septiembre de 2001, con la esperanza de crear un reaseguro para el caso de un shock petrolero.

Algunos economistas especializados en energía dicen que esas reservas están teniendo importantes efectos en los precios del petróleo. Suponen que Estados Unidos ya no presionará por subir los precios agregando a la reserva y que ese enorme depósito reducirá la vulnerabilidad del país ante cualquier posible shock. Otros dicen que la reserva sirve simplemente para dormir más tranquilos, seguros de que el país tiene asegurada su provisión de energía.

No queda claro, sin embargo, si eso sirve para proteger al país de los vaivenes ni tampoco si afecta de algún modo la dirección de los precios mismos. Lo que sí está claro, es que la operación casi secreta es coloso y centro neurálgico en el mundo energético.

El tema de asegurar la provisión energética adquirió nueva significación el año pasado, cuando grupos terroristas se ensañaban con las instalaciones petroleras en Irak y Arabia Saudita y los conflictos políticos asolaban dos países exportadores de petróleo: Nigeria y Venezuela.

Pero aunque la reserva quedará totalmente llena a principios del año entrante, de ninguna manera significa para Estados Unidos un colchón de seguridad suficiente. En total, podría cubrir sólo dos meses de las necesidades de importación del país. En verdad, se admite ahora que la dependencia que el país tiene del petróleo importado y el aumento de la demanda global han vuelto a los mercados energéticos cada vez más vulnerables a las alteraciones.

Parte del proyecto energético que el Congreso tratará el año que viene contempla la ampliación de la reserva petrolera a 300 millones de barriles. No es el único caso. Japón, Corea del Sur, Taiwán y Alemania ya tienen sus propios reservorios. China, que el año pasado superó a Japón para situarse segundo importador de petróleo, e India, que compite con China por provisión energética en algunos países en desarrollo, también proyectan sus propias reservas estratégicas de petróleo. Hasta Rusia, el más grande productor de crudo del mundo, está estudiando construir una reserva propia.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades