Estados Unidos siente ya los efectos del petróleo supercaro

La tenaz estabilidad, mientras el crudo iba de US$ 40 a 60, se esfuma con niveles superiores. Washington admite que el salto del índice minorista (+0,5% en julio) se debe al 3,8% que subieron los combustibles. Pero EE.UU., no está solo.

17 agosto, 2005

Si al índice de precios al consumidor se le descuentan energía, combustibles y alimentos, queda en apenas +0,1%. Pero, claro, se trata de una ficción estadigráfica que sólo le interesa a Alan Greenspan. Ese +05% de julio significa 1,9% anual para el lapso mayo-julio, en tanto los combustibles proyectaban 4,7% anual.

En avance desde 2002, el rubro se aceleró en el segundo trimestre de 2004, debido a la creciente demanda china, estadounidense e india y las restricciones de ofreta. Ambos factores fueron exacerbados por problemas geopolíticos en Irak y Rusia.

Durante las mayor parte de los últimos quince meses, la economía norteamericana resistía el alza de costos en energía y combustibles a un expremo que casi ningún analista habia previsto. Entre otras razones porque, para generar un dólar en términos de producto bruto interno, hoy se precisa la mitad de hidrocarburos que hace treinta años. Aun cerca de US$ 70, el barril de crudos tejanos intermedios es más barato, en dólares constantes, que en 1982.

Pero el malestar originado en petróleos caros empieza a extenderse. Las aerolíneas, castigadas ya por otros motivos –entre ellos, sus propios errores-, afrontan crecientes costos operativos. Las familias han sido forzadas a podar gastos y usar menos el coche, debido al aumento de la nafta (que sigue siendo el combustible dominante). Esta misma semana, el precio llegaba a US$ 2,50 por galón (65 centavos el litro, o sea 1,89 en pesos), por primera vez en la historia. El panorama se pondrá espeso cuando comiecen a llegar las facturas de la calefacción, en enero.

Wal-Mart Stores simbolizó el nuevo estado de cosas, al informar que el aumento de utilidades en abril-junio ha sido el menor en cuatro años. Además, redujo proyecciones para este semestre, atribuyéndolo al alza en combustibles y sus efectos en el costo logístioc. Vale decir, el de transportar mercaderías de sus centros de distribución a las bocas de expendio.

Otra consecuencia del petróleo caro es que los precios al consumidor estén ascendiendo a mayor ritmo que los salarios. Allende el océano, el transporte empujó 2,3% el índice minorista británico de julio, algo que no sucedía desde 1977. A su vez, el primer ministro francés Dominique Villepin advirtió el martes 16 que los crudos “seguirán caros durante decenios”. En Shanghai y otras áreas de China, se forman larguísimas colas ante surtidores vacíos, como ocurrpian en Estados Unidos y países europea hace algo más de treinta años. No son ejemplos aislados.

Si al índice de precios al consumidor se le descuentan energía, combustibles y alimentos, queda en apenas +0,1%. Pero, claro, se trata de una ficción estadigráfica que sólo le interesa a Alan Greenspan. Ese +05% de julio significa 1,9% anual para el lapso mayo-julio, en tanto los combustibles proyectaban 4,7% anual.

En avance desde 2002, el rubro se aceleró en el segundo trimestre de 2004, debido a la creciente demanda china, estadounidense e india y las restricciones de ofreta. Ambos factores fueron exacerbados por problemas geopolíticos en Irak y Rusia.

Durante las mayor parte de los últimos quince meses, la economía norteamericana resistía el alza de costos en energía y combustibles a un expremo que casi ningún analista habia previsto. Entre otras razones porque, para generar un dólar en términos de producto bruto interno, hoy se precisa la mitad de hidrocarburos que hace treinta años. Aun cerca de US$ 70, el barril de crudos tejanos intermedios es más barato, en dólares constantes, que en 1982.

Pero el malestar originado en petróleos caros empieza a extenderse. Las aerolíneas, castigadas ya por otros motivos –entre ellos, sus propios errores-, afrontan crecientes costos operativos. Las familias han sido forzadas a podar gastos y usar menos el coche, debido al aumento de la nafta (que sigue siendo el combustible dominante). Esta misma semana, el precio llegaba a US$ 2,50 por galón (65 centavos el litro, o sea 1,89 en pesos), por primera vez en la historia. El panorama se pondrá espeso cuando comiecen a llegar las facturas de la calefacción, en enero.

Wal-Mart Stores simbolizó el nuevo estado de cosas, al informar que el aumento de utilidades en abril-junio ha sido el menor en cuatro años. Además, redujo proyecciones para este semestre, atribuyéndolo al alza en combustibles y sus efectos en el costo logístioc. Vale decir, el de transportar mercaderías de sus centros de distribución a las bocas de expendio.

Otra consecuencia del petróleo caro es que los precios al consumidor estén ascendiendo a mayor ritmo que los salarios. Allende el océano, el transporte empujó 2,3% el índice minorista británico de julio, algo que no sucedía desde 1977. A su vez, el primer ministro francés Dominique Villepin advirtió el martes 16 que los crudos “seguirán caros durante decenios”. En Shanghai y otras áreas de China, se forman larguísimas colas ante surtidores vacíos, como ocurrpian en Estados Unidos y países europea hace algo más de treinta años. No son ejemplos aislados.

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