Fiscales norteamericanos presentan al departamento de Justicia la acusación de que Huawei es una empresa inmoral que roba tecnología de una cantidad de empresas estadounidenses y que hace declaraciones falsas al FBI.
El departamento de Justicia agregó el jueves varios cargos al caso que ya tiene abierto contra Huawei. Incluye ahora crimen organizado, fraude, violación de las sanciones contra Norcorea y las nuevas acusaciones de robo empresario.
Los cargos constituyen la última movida de la administración Trump contra la compañía china a la que acusa sistemáticamente de violar las leyes de Estados Unidos mientras avanza hacia convertirse en líder mundial en equipos para telecomunicaciones.
El gobierno prohibió a sus empresas que vendan equipos a Huawei sin una licencia, con algunas excepciones. El jueves extendió una de esas excepciones permitiéndoles que sigan proveyendo partes para mantener viejas redes, aunque por 45 días.
Huawei rechazó las últimas acusaciones del gobierno: “Estos nuevos cargos carecen de mérito y se basan en disputas civiles que llevan 20 años y que ya se han litigado, saldado y, en muchos casos, han sido rechazadas por los jueces pertinentes.
Paralelamente en Europa, países como Alemania deliberan para decidir si permiten que Huawei les provea du equipo de redes móviles 5G luego de ser advertidos por Washington de que Beijing podría usar ese equipo para espiarlos.
En Gran Bretaña, Boris Johnson decidió a favor de usar equipos Huawei en algunas partes de las redes británicas de telefonía móvil de quinta generación. Este tema podría provocar una división profunda entre Estados Unidos y Gran Bretaña.
Angela Merkel enfrenta una rebelión en su partido sobre la decisión de su gobierno de no excluir formalmente a Huawei de la construcción de la próxima rede de telecomunicaciones 5G.
Pero la explicación más sencilla de por qué ambos gobiernos se resisten a descartar a Huawei es que la compañía china se está convirtiendo en una fuerza irresistible. No tiene rivales.
