España: rumbo al estado laico y futuro adiós al concordato

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A pocos meses de la “manifestación por la familia”, encabezada por cuarenta cardenales y obispos -como si la católica romana fuese la única familia posible-, la derrota electoral de la derecha posfranquista acelera la laicización española.

José Luis Rodríguez Zapataro confirmó que el país se transformará rápidamente en un estado laico. Una ley clerical. curiosamente llamada “de libertad religiosa” (1980) será revisada en forma drástica y el fin de actual concordato será cuestión de tiempo (algo que Argentina debiera imitar, alineándose con Uruguay o Chile y alejándose de la reaccionaria Colombia).

Según señalan varios analistas, la culpa de haber acelerado el vuelco la tiene la propia iglesia española. Durante la última campaña electoral, se alineó con la derecha posfranquista con el “nihil obstat” papal. Sólo la retardataria Galicia le hizo caso.

Las reformas en curso, por supuesto, no pivotean en la laicidad, pues abarcan una ley en beneficio de partidos menores, una sobre aborto y, además, una reforma constitucional para abolir la ley sálica, resabio medieval que privilegia a varones sobre mujeres en la sucesión del trono. En realidad, rige en España –desde los Habsburgo- una versión: si no hay herederos disponibles, puede asumir una reina (como ocurrió con Isabel II).

Por otra parte, las monarquías fundacionales, Castilla y Aragón –igual que los lombardos en Italia-, no aplicaron la ley sálica propia de los francos. Por una ironia de la política, Roma acaba de ser recobrada por el derechista Silvio Berlusconi y sus aliados neofascistas (Umberto Bossi, Gianfranco Fini), con apoyo del Vaticano que, de paso, está perdiendo Alemania y Francia. Otro contrasentido: en Argentina, la escasa presencia católica está entregando cárceles bonaerenses a sectas pentecostalistas sumamente peligrosas.

José Luis Rodríguez Zapataro confirmó que el país se transformará rápidamente en un estado laico. Una ley clerical. curiosamente llamada “de libertad religiosa” (1980) será revisada en forma drástica y el fin de actual concordato será cuestión de tiempo (algo que Argentina debiera imitar, alineándose con Uruguay o Chile y alejándose de la reaccionaria Colombia).

Según señalan varios analistas, la culpa de haber acelerado el vuelco la tiene la propia iglesia española. Durante la última campaña electoral, se alineó con la derecha posfranquista con el “nihil obstat” papal. Sólo la retardataria Galicia le hizo caso.

Las reformas en curso, por supuesto, no pivotean en la laicidad, pues abarcan una ley en beneficio de partidos menores, una sobre aborto y, además, una reforma constitucional para abolir la ley sálica, resabio medieval que privilegia a varones sobre mujeres en la sucesión del trono. En realidad, rige en España –desde los Habsburgo- una versión: si no hay herederos disponibles, puede asumir una reina (como ocurrió con Isabel II).

Por otra parte, las monarquías fundacionales, Castilla y Aragón –igual que los lombardos en Italia-, no aplicaron la ley sálica propia de los francos. Por una ironia de la política, Roma acaba de ser recobrada por el derechista Silvio Berlusconi y sus aliados neofascistas (Umberto Bossi, Gianfranco Fini), con apoyo del Vaticano que, de paso, está perdiendo Alemania y Francia. Otro contrasentido: en Argentina, la escasa presencia católica está entregando cárceles bonaerenses a sectas pentecostalistas sumamente peligrosas.

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