Escenario global: dos tendencias opuestas

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Desaceleración de la economía global y menores tensiones comerciales.

En el último mes se manifestaron dos tendencias contradictorias. Por un lado, hubo nuevas evidencias de desaceleración de la economía global, que probablemente el FMI registrará en sus proyecciones de octubre. Por la positiva, hubo un retorno al “modo negociación” en las conversaciones entre China y los EEUU, aunque todavía de duración incierta. Así surge del editorial del último informe económico mensual del IAE, firmado por Juan José Llach.

Una tercera novedad, buena para la Argentina, fue el gradual reconocimiento del USDA de que la cosecha gruesa norteamericana será peor de lo previsto, con el consecuente aumento de los precios del maíz y la soja, en parte ya ocurrido por informaciones privadas que se anticiparon al organismo oficial. Al cierre de esta edición se agrega el ataque a instalaciones petroleras de Arabia Saudita, cuyas consecuencias son, por ahora, imprevisibles. En los EE.UU se conoció la segunda estimación del crecimiento del PIB en el trimestre pasado, que fue 2,0%, contra 2.1% de la estimación anterior, 3.1% en el primer trimestre de 2019 y 3.5% en el segundo trimestre de 2018.

El consumo se aceleró –también en agosto- pero la inversión cayó. Sobre llovido mojado, hubo indicios –por ahora tenues- de aumentos de la inflación al consumidor en agosto, a 1.7% anual el índice total y a 2.4% la inflación núcleo.

También se aceleraron los costos laborales unitarios, al 2.6%. Aunque el índice más seguido por la Reserva Federal (el implícito en los gastos de los consumidores), se mantuvo en 1,6% anual, se complicó la perspectiva de una nueva baja de las tasas de interés en EEUU, pese a la presión de Trump, que declaró hace pocos días que “nuestro problema más difícil es la Reserva Federal”. También le pondrá presión al organismo monetario norteamericano la decisión del Banco Central Europeo de la semana pasada, bajando sus tasas de depósitos 10 puntos básicos, a -0,50% anual (sic), manteniendo sus tasas activas entre 0 y 0,25% y regresando a la compra de activos (bonos públicos) por 20.000 millones de euros al mes (quantitative easing).

No suele subrayarse lo suficiente que, en los países desarrollados, el modo de devaluar sus monedas es bajar las tasas de interés. Tal es una de las principales razones por las que Trump presiona a mayores bajas de las tasas en EEUU: detesta que el dólar se aprecie, como se vio el mes pasado en su dura reacción ante una leve depreciación del yuan chino.

Ees verdaderamente curiosa la coincidencia anti-globalizadora de facto de líderes y partidos de derecha o centro derecha -como los gobernantes en los EE.UU, Rusia, parte de Europa, Turquía y aun Irán- con líderes y partidos de izquierda o centroizquierda, como los de Bolivia, Nicaragua, Venezuela, y quizás México. En la vereda opuesta, favorable a la globalización encontramos a la mayoría los países de Asia, África y algunos de América latina, que concentran la mayor cantidad de personas indigentes o pobres del mundo.

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