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Fue una decisión prudente. Así como los dieciséis países de la cumbre (Grecia fue sólo observadora) no han creado instantáneamente una unión fiscal para respaldar un euro en apuros, tampoco se trata de algo como aquel ambicioso, visionario instrumento gestado por George Marshall en 1948/51. “Fue un programa destinado –recuerda el analista del Financial Times- a casi toda Europa al oeste de la cortina de hierro y a Japón”.<br />
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No obstante, la Eurozona se anotó una victoria. Por vez primera desde mayo de 2010 (primer rescate heleno, € 110.000 millones), ha alumbrado un esquema que va más allá de cuanto esperaban los mercados financieros. “Gran parte del crédito le cabe a la canciller alemana, Angela Merkel”, apunta Barber. <br />
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Por supuesto, lo del viernes dista de haber terminado con la crisis de deudas soberanas. En rigor, “pasarán pocos meses antes de que los bomberos saquen las mangueras en una región tendiente a los saltos. Las complejas estructuras para tomar decisiones implica diecisiete componentes distintos (Eurozona), cuando no veintisiete (Unión Europea)”. <br />
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Debe observarse hasta dónde la zona avanzó desde que, a fines de 2009, Atenas confesara haber entrado en virtual insolvencia, mientras llegaba al extremo de falsificar estadísticas con la complicidad de Goldman Sachs. En esa emergencia, Alemania y sus aliados establecieron estrictos términos para rescatar socios sobre endeudados. Entre ellos, préstamos de última instancia, punitorios, etc.<br />
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Meses más tarde, Berlín “redefinió principios relevantes para aliviar la situación griega. Finalmente, ahora la Eurozona –apunta el columnista- casi dobla los fondos disponible para ese país, de € 110.000 millones a 219.000 millones”. Vale decir, el rescate aprobado en mayo de 2010 y el actualmente en gestación. <br />
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En el ínterin, también se recortaron las tasas de interés de Portugal e Irlanda. Ello presupone “una significativa transferencia de recursos entre países ricos y sus vecinos pobres. En ese plano, desborda las previsiones al momento de instituirse el euro en 1999”. <br />
Lo fundamental, empero, son los cambios en el Fondo de Estabilidad Económica y Financiera (FEEF), el mecanismo clave para rescates en la zona. Todavía no opera como agencia para gestión de deudas, pero ya puede comprar bonos soberanos en el mercado secundario. Mientras no se dé este paso, sostiene Barber, “cabe preguntarse si hubo un rescate en toda la línea”. Entre otras cosas, queda pendiente el problema de cómo desplazar de la escena a las agencias calificadoras.<br />
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En verdad, fue la Eurozona la rescatada
El viernes, en Bruselas, circulaba un comunicado definiendo el segundo rescate griego ( 109.000 millones) como otro plan Marshall. Pero, señalaba el columnista británico Antony Barber, durante el fin de semana se bajaron los decibeles.