Empieza una campaña sucia contra John McCain

El mismo grupo fantasma (“chalupa de veteranos por la verdad”) que hostigaba con falsas denuncias al demócrata John Kerry en 2004 resurge, ahora contra el republicano McCain. Lo acusa de “vender compañeros a los comunistas en Vietnam”.

18 enero, 2008

El senador y precandidato rechazó de plano esos cargos y armó un grupo para neutralizar este tipo de campañas sucias. Tanto Kerry como McCain fueron condecorados por su desempeño en esa guerra, terminada en 1975. En ambos caso, los presuntos veteranos objetan las medallas.

Un volante en papel, un blog y un correo electrónico, difundidos desde un sitio gubernamental en Washington, afirma que McCain “traicionó a sus camaradas en un campo de prisioneros, cerca de Hanói, a cambio de mejores condiciones de vida”. Pero, como sucedió con Kerry, el ”swift boat vets for truth” lo tripula un solo personaje: Gerard Kiley, de 61 años, allegado a Karl Rove, clave durante las campañas electorales de 2000 y 2004.

No es la única bala envenenada. El precandidato ya vio un video donde se acusa de drogadicta a su esposa, Cindy, y de haber tenido una hija negra extramarital. Pero esa pequeña fue adoptada por los McCain y proviene de un orfanato en Bangladesh. Alguna características del filme lo evidencia como “remake” de uno fabicado contra Kerry hace cuatro años.

El actual precandidato y el rival de George W.Bush en 2004 se han reunido para examinar la nueva campaña sucia. En aquel momento, Kiley admitía operar para gente próxima al presidente y, hasta cierto punto, las calumnnais se dirigían a un rival demócrata por la Casa Blanca. Ahora, obviamente, se trata de esmerilar al precandidato republicano más lejos de la ultraderecha –en decadencia- que encarna Bush. La presente ofensiva no incluye aún avisos TV, quizá por ser demasiado caros para una fase temprana de la campaña y, ademán, no hay en competencia ningún dirigente que asuma el legado político y económico del actual gobierno.

El senador y precandidato rechazó de plano esos cargos y armó un grupo para neutralizar este tipo de campañas sucias. Tanto Kerry como McCain fueron condecorados por su desempeño en esa guerra, terminada en 1975. En ambos caso, los presuntos veteranos objetan las medallas.

Un volante en papel, un blog y un correo electrónico, difundidos desde un sitio gubernamental en Washington, afirma que McCain “traicionó a sus camaradas en un campo de prisioneros, cerca de Hanói, a cambio de mejores condiciones de vida”. Pero, como sucedió con Kerry, el ”swift boat vets for truth” lo tripula un solo personaje: Gerard Kiley, de 61 años, allegado a Karl Rove, clave durante las campañas electorales de 2000 y 2004.

No es la única bala envenenada. El precandidato ya vio un video donde se acusa de drogadicta a su esposa, Cindy, y de haber tenido una hija negra extramarital. Pero esa pequeña fue adoptada por los McCain y proviene de un orfanato en Bangladesh. Alguna características del filme lo evidencia como “remake” de uno fabicado contra Kerry hace cuatro años.

El actual precandidato y el rival de George W.Bush en 2004 se han reunido para examinar la nueva campaña sucia. En aquel momento, Kiley admitía operar para gente próxima al presidente y, hasta cierto punto, las calumnnais se dirigían a un rival demócrata por la Casa Blanca. Ahora, obviamente, se trata de esmerilar al precandidato republicano más lejos de la ultraderecha –en decadencia- que encarna Bush. La presente ofensiva no incluye aún avisos TV, quizá por ser demasiado caros para una fase temprana de la campaña y, ademán, no hay en competencia ningún dirigente que asuma el legado político y económico del actual gobierno.

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