A primera vista, la ofensiva parte del campo demócrata y toma la forma de una versión típica de cualquier país latinoamericano: un nuevo médico personal –el anterior parece haber sido desplazado- le recomendará a Richard Cheney apartarse de la candidatura. El deficiente estado de su corazón (acumula tres “bypasses”) sería la obvia razón.
Matthew Dowd, jefe de estrategias en el equipo de campaña, descartó de plano los rumores. Pero, llamativamente, varios ejecutivos de Halliburton (grupo al cual Cheney sigue vinculado como gestor de negocios) le dan crédito a la versión. “Gente allegada a George W.Bush se ve muy interesada en quitarse de encima a Dick, pues lo considera un lastre”, sospechan en la compañía.
La prensa se divierte a costa de ambas operaciones contra el vice. “Luego de que el senador Kerry encontrase compañero de fórmula, el presidente debería perder el suyo”, ironiza un columnista del “New York Times”, Nicholas Kristov. Por tanto, sugiere a Cheney “fingir dolores de pecho porque, si continúa en campaña, recordará constantemente a los votantes independientes el lío en Irak y la manipulación de datos de inteligencia”. Similar postura han adoptado periódicos británicos, alemanes y canadienses.
A primera vista, la ofensiva parte del campo demócrata y toma la forma de una versión típica de cualquier país latinoamericano: un nuevo médico personal –el anterior parece haber sido desplazado- le recomendará a Richard Cheney apartarse de la candidatura. El deficiente estado de su corazón (acumula tres “bypasses”) sería la obvia razón.
Matthew Dowd, jefe de estrategias en el equipo de campaña, descartó de plano los rumores. Pero, llamativamente, varios ejecutivos de Halliburton (grupo al cual Cheney sigue vinculado como gestor de negocios) le dan crédito a la versión. “Gente allegada a George W.Bush se ve muy interesada en quitarse de encima a Dick, pues lo considera un lastre”, sospechan en la compañía.
La prensa se divierte a costa de ambas operaciones contra el vice. “Luego de que el senador Kerry encontrase compañero de fórmula, el presidente debería perder el suyo”, ironiza un columnista del “New York Times”, Nicholas Kristov. Por tanto, sugiere a Cheney “fingir dolores de pecho porque, si continúa en campaña, recordará constantemente a los votantes independientes el lío en Irak y la manipulación de datos de inteligencia”. Similar postura han adoptado periódicos británicos, alemanes y canadienses.