Elecciones 2004: buitres y lobbiesapoyan a George W.Bush

Paul Singer puso ya US$ 700.000 en la campaña de George W.Bush. Charles Dallara hizo lo mismo, pero no directamente. Fondos especulativos y compañías financieras ha portado ya alrededor de US$ 13,5 millones.

16 febrero, 2004

¿Quién es Singer? El fundador y socio principal de Elliott Capital Advisers. ¿Qué es ECA? Un fondo especulativos –opera con derivativos, los instrumentos financieros más volátiles que existan- cuyo ataque contra Perú, hace pocos años, lo ubicó al frente de los “buitres”. Por entonces, medios y columnistas pagados por Singer llegaron a proponer cobrarse con un tercio de las tierras útiles de ese país.

Ahora, no sólo dona en forma personal para la reelección presidencial. También en el recaudador de campaña en el sector financiero no bancario. En verdad, viene cumpliendo ese papel desde 1999 y, como tal, es uno de los diez más productivos. Antes, en 1996, ECA compró en US$ 11 millones bonos peruanos en cese de pagos por un valor nominal 3,3 veces mayor.

Poco después, se negó a participar de una restructuración por el total del incumplimientos (US$ 57 millones), con el objeto de llevar el estado peruano a la quiebra fáctica. Usando táctnicas empleados ahora por acreedores privados de Argentiba, bloqueo los pagos al Fondo Monetarios, otros acreedores multilaterales y privados vía un juez belga llamativamente sensible a las “dificultades” de ECA.

Ese fondo manejaba por entonces una cartera treinta veces mayor que la deuda peruana en falencia. Si se examinan los dictámenes del juez norteamericano Thomas Griesa y su colega de Maryland, es fácil advertir similitudes con el caso belga. También las hay entre la campaña de opinión de 1996 y la desencadenada hoy, vía medios y columnistas llegados al negocios financiero en el Río de la Plata.

Charles Dallara, acusado hace dos semanas por el ministerio argentino de Economía, es un cabildero más poderoso. Preside el Institute for International Finance (IFI), el grupo de presión más fuerte del globo, pues reúne bancas, compañías y fondos de toda laya. A tal punto que logró el discreto desplazamiento de Jeffrey Sachs –cofundador del Foro Económico Mundial, Davos- por sus posturas personales, mal vistas en el negocio.

En diciembre, Dallara remitió una circular a los bancos que discutían el canje de deuda en cese de pagos. Sostenía que no podían ser agentes de “un país que promueve el infortunio de su propia población”. Además, reflejando ideas comunes a los “nuevos halcones” de George Bush, acusaba al FMI de “transgredir sus propias normas para favorecer a la Argentina”.

El director gerente del IFI es un personaje distinto a Singer. Para empezar, en 1993/99 ocupaba el cargo de Anne Krueger en el FMI. Luego fue contratado por el “lobby” que representa 175 entidades financieras alrededor del mundo. Dallara perfección el instrumento clave de presión que esgrime el IFI; un informe confidencial sobre riesgos de 48 mercados emergentes y periféricos.

Además, un vasto aparatos de expertos, medios y columnistas que se encarga de difundir datos en forma selectiva. En cuanto a Dallara mismo, se apoya en su experiencia dentro del FMI para sostener su tesis básica: las economías periféricas no deben ser rescatadas mediante reprogramaciones y los acreedores tienen derecho a embargar cuanto estimen preciso para recobrar pérdidas.

Por supuesto, este criterio no se aplica a la economía más endeudada del mundo, Estados Unidos. En el plano político, el republicano Dallara suele hablar en reuniones de la campaña en favor de la reelección presidencial.

¿Quién es Singer? El fundador y socio principal de Elliott Capital Advisers. ¿Qué es ECA? Un fondo especulativos –opera con derivativos, los instrumentos financieros más volátiles que existan- cuyo ataque contra Perú, hace pocos años, lo ubicó al frente de los “buitres”. Por entonces, medios y columnistas pagados por Singer llegaron a proponer cobrarse con un tercio de las tierras útiles de ese país.

Ahora, no sólo dona en forma personal para la reelección presidencial. También en el recaudador de campaña en el sector financiero no bancario. En verdad, viene cumpliendo ese papel desde 1999 y, como tal, es uno de los diez más productivos. Antes, en 1996, ECA compró en US$ 11 millones bonos peruanos en cese de pagos por un valor nominal 3,3 veces mayor.

Poco después, se negó a participar de una restructuración por el total del incumplimientos (US$ 57 millones), con el objeto de llevar el estado peruano a la quiebra fáctica. Usando táctnicas empleados ahora por acreedores privados de Argentiba, bloqueo los pagos al Fondo Monetarios, otros acreedores multilaterales y privados vía un juez belga llamativamente sensible a las “dificultades” de ECA.

Ese fondo manejaba por entonces una cartera treinta veces mayor que la deuda peruana en falencia. Si se examinan los dictámenes del juez norteamericano Thomas Griesa y su colega de Maryland, es fácil advertir similitudes con el caso belga. También las hay entre la campaña de opinión de 1996 y la desencadenada hoy, vía medios y columnistas llegados al negocios financiero en el Río de la Plata.

Charles Dallara, acusado hace dos semanas por el ministerio argentino de Economía, es un cabildero más poderoso. Preside el Institute for International Finance (IFI), el grupo de presión más fuerte del globo, pues reúne bancas, compañías y fondos de toda laya. A tal punto que logró el discreto desplazamiento de Jeffrey Sachs –cofundador del Foro Económico Mundial, Davos- por sus posturas personales, mal vistas en el negocio.

En diciembre, Dallara remitió una circular a los bancos que discutían el canje de deuda en cese de pagos. Sostenía que no podían ser agentes de “un país que promueve el infortunio de su propia población”. Además, reflejando ideas comunes a los “nuevos halcones” de George Bush, acusaba al FMI de “transgredir sus propias normas para favorecer a la Argentina”.

El director gerente del IFI es un personaje distinto a Singer. Para empezar, en 1993/99 ocupaba el cargo de Anne Krueger en el FMI. Luego fue contratado por el “lobby” que representa 175 entidades financieras alrededor del mundo. Dallara perfección el instrumento clave de presión que esgrime el IFI; un informe confidencial sobre riesgos de 48 mercados emergentes y periféricos.

Además, un vasto aparatos de expertos, medios y columnistas que se encarga de difundir datos en forma selectiva. En cuanto a Dallara mismo, se apoya en su experiencia dentro del FMI para sostener su tesis básica: las economías periféricas no deben ser rescatadas mediante reprogramaciones y los acreedores tienen derecho a embargar cuanto estimen preciso para recobrar pérdidas.

Por supuesto, este criterio no se aplica a la economía más endeudada del mundo, Estados Unidos. En el plano político, el republicano Dallara suele hablar en reuniones de la campaña en favor de la reelección presidencial.

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