Donald Trump tiene los cañones puestos contra Amazon desde el comienzo de su presidencia. Cuando tuitea, insiste en que “Amazon no juega en una cancha igual para todos”.
Básicamente, tiene tres quejas contra el imperio de jeff Bezos:
La primera es que según él, Amazon está subsidiada por el Correo Postal, que pierde el equivalente a US$ con cada paquete que envía. La segunda, que paga muy pocos impuestos a los gobiernos estaduales y locales; la tercera, que sus injustas ventajas están haciendo mucho daño al resto de los minoristas.
La primera afirmación, a juzgar por los informes del servicio postal mismo, es falsa. El correo sí está registrando pérdidas, pero éstas se originan en la pérdida de volumen de envíos.
ber sido cierta hace algunos años, pero no lo es desde el año pasado. En cuanto a que compite en forma desleal con los demás minoristas, su ventaja más importante es el costo de capital, que brindan sus leales inversores. Sus márgenes operativos fueron el año pasado de 0,7%. A los accionistas no les importa porque les satisface ver que cada dólar que entra se reinvierte en la compañía y saben que llegará un día en que los márgenes operativos serán más grandes. Otras empresas, en cambio, no tienen más remedio que cargar los precios para mantener ganancias y dividendos.
El Washington Post
Pero parecería ser que la verdadera razón de la animosidad del presidente con el fundador de Amazon es que éste también es dueño del Washington Post, un diario que es profundamente crítico del gobierno en sus editoriales. Esto no es especulación porque lo dice expresamente Trump en sus tuits.
Esto, que es una vendetta personal del presidente, está filtrándose en su agenda política, que además comienza a funcionar. Los mercados escuchan y castigan las acciones de Amazon al ritmo de los tuits de Trump. El Financial Times opina que este recurso nunca debería existir en un país donde impera la ley.
