El 2 de junio Trump tuiteó diciendo que “México abusa de Estados Unidos. Toma pero nunca da”. El presidente norteameriano declara que el país ha aguantado lo suficiente y promete recuperar los empleos y las compañías norteamericanas que se han mudado al sur de la frontera.
Dice también que México está invadiendo a su vecino del norte, que fácilmente podría impedir el paso de los traficantes de drogas, de personas y a los inmigrantes ilegales.
Es evidente que México ya no puede seguir ignorando las amenazas de Trump de declararle una guerra comercial. 80% de sus exportaciones van a Estados Unidos. El 30 de mayo el presidente norteamericano anunció que desde el 10 de junio aplicará un arancel de 5% a todas las exportaciones mexicanas a Estados Unidos a menos que México detengan a los inmigrantes centroamericanos que llegan buscando entrar a Estados Unidos.
Estos ataques se producen a pesar de los esfuerzos conciliatorios del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Quien dijo que “el presidente de México quiere seguir siendo amigo del presidente donald Trump pero que por encima de todo los mexicanos son amigos de los norteamericanos. Comprometámonos a no permitir que nada se interponga en nuestra hermosa y sagrada amistad”. Incluso dio a entender que podría controlar la inmigración para llegar a un acuerdo con Trump.
Hay muchas preguntas sobre la legalidad y la efectividad de la medida con que amenaza Trump. Por otro lado, para responder a los esfuerzos legales para detener el proyecto del muro les contestó, como es su costumbre, por tuit: “El Muro se está construyendo y avanza a gran velocidad a pesar de todos los juicios de los radicales liberales demócratas. En qué están pensando mientras nuestro país es invadido por tanta gente (ilegales) y cosas (drogas) no sabemos. ¡Hagamos grande a América otra vez!
