El PE ante el golpe del Senado

Análisis del inesperado golpe del Senado. Las alternativas que se manejan. Carlos Alvarez en "silencio de radio". Desde Ginebra llegó un signo positivo protaqonizado por Flamarique y Daer.

16 junio, 2000

La semana se cerraba con un interrogante político. ¿Qué se esconde tras el inesperado golpe al plexo solar de la concertación y el diálogo que descargó la mayoría justicialista del Senado?. Los analistas oscilan entre dos alternativas: forma parte de una maniobra estratégica destinada a deteriorar prematuramente al gobierno o busca reimplantar la figura de Carlos Saúl Menem como líder incuestionado de su partido e interlocutor válido para cualquier negociación de alto nivel.

Lo cierto es que la maniobra provocó una conmoción en un escenario de por sí turbulento, mientras la presencia de hombres como Eduardo Menem y Carlos Ruckauf en la comitiva presidencial en Estados Unidos, parecía coadyuvar a un diálogo constructivo y civilizado.

El día de ayer enfrentó a los analistas de la intrincada realidad argentina con dos líneas divergentes. Por un lado, la obstrucción planteada en el seno del Parlamento; por el otro, las fotografías que llegaban desde Ginebra con los sonrientes rostros de Alberto Flamarique y Rodolfo Daer, quienes acercaron posiciones para convoyar el diálogo social.

Por primera vez desde que asumió un protagonismo político, Carlos Alvarez se llamó a silencio. Ni una sola palabra surgió de su boca para calificar la jugada legislativa que rechazó los decretos de reajuste firmado por el Presidente de la Rúa. Tal vez por el peso de su responsabilidad como interino ocupante del sillón presidencial; tal vez porque sus mayores preocupaciones están encaminadas, en lo inmediato, a cerrar la brecha abierta por los 15 legisladores de la Alianza que se alzaron contra las medidas económicas.

Si en lo táctico está en juego el circunstancial equilibrio del poder político (la Alianza cuenta con el PE, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y mayoría en diputados, el PJ con la mayoría de las gobernaciones, entre ellas Buenos aires, Córdoba y Santa Fe y mayoría en el Senado ) en lo estratégico el país se juega la posibilidad de alcanzar la cuota de madurez necesaria para superar la crisis mediante una concertación de objetivos y medidas para reflotar la economía y generar empleos y esperanzas.

A duras penas la Alianza logró ayer, mediante la argucia de boicotear el quórum, que la Cámara de Diputados no tratara la media sanción del Senado sobre la rectificación del reajuste. Estaba previsto que la media sanción no podría avanzar.

Pero quedó en pie, en cambio, la otra maniobra dirigida desde el corazón del menemismo. La derogación de la rebaja de salarios al personal del Senado – sueldo promedio de los empleados: $ 2300 – convirtió a este sector en el único del Estado inmune al recorte de sus remuneraciones y descargó un impacto al hígado en la imagen del vicepresidente Alvarez.

Cualquier reacción administrativa del líder del Frepaso podría derivar, si el enfrentamiento continúa su escalada, en una votación de la cámara que le quitara, eventualmente, el manejo del presupuesto del cuerpo.

La Alianza trata de asimilar este round desfavorable . En la Casa Rosada Alvarez, el presidente provisional del Senado, José Genoud, y miembros del gabinete deliberaron para restañar las heridas y preparar la contraofensiva. El tema será tratado en reunión ampliada en una jornada de reflexión y análisis que se realizará el martes en un country del Gran Buenos Aires.

Se analizará la falta de reacción de los senadores de la coalición oficialista cuando se percibió la intención de los senadores justicialistas el miércoles pasado. Pero, en el cuadro de situación que se bosqueje, deberán tenerse en cuenta aspectos positivos, como la cena del radical Rafael Pascual, presidente de la Cámara de Diputados, y el frepasista Pablo Cafiero, con legisladores justicialistas que se inclinan más a la negociación que a la ruptura.

En particular ingresará en el análisis la paradojal situación de que, mientras algunos diputados oficialistas, críticos del reajuste se prestaron a formar quórum, varios legisladores del justicialismo se alejaron del recinto para contribuir a impedirlo. Entre ellos Jorge Matzkin, Ana Mosso y Jorge Remes, cuya actitud guarda similitud con la de dos figuras como Eduardo Menem y Carlos Ruckauf.

La semana se cerraba con un interrogante político. ¿Qué se esconde tras el inesperado golpe al plexo solar de la concertación y el diálogo que descargó la mayoría justicialista del Senado?. Los analistas oscilan entre dos alternativas: forma parte de una maniobra estratégica destinada a deteriorar prematuramente al gobierno o busca reimplantar la figura de Carlos Saúl Menem como líder incuestionado de su partido e interlocutor válido para cualquier negociación de alto nivel.

Lo cierto es que la maniobra provocó una conmoción en un escenario de por sí turbulento, mientras la presencia de hombres como Eduardo Menem y Carlos Ruckauf en la comitiva presidencial en Estados Unidos, parecía coadyuvar a un diálogo constructivo y civilizado.

El día de ayer enfrentó a los analistas de la intrincada realidad argentina con dos líneas divergentes. Por un lado, la obstrucción planteada en el seno del Parlamento; por el otro, las fotografías que llegaban desde Ginebra con los sonrientes rostros de Alberto Flamarique y Rodolfo Daer, quienes acercaron posiciones para convoyar el diálogo social.

Por primera vez desde que asumió un protagonismo político, Carlos Alvarez se llamó a silencio. Ni una sola palabra surgió de su boca para calificar la jugada legislativa que rechazó los decretos de reajuste firmado por el Presidente de la Rúa. Tal vez por el peso de su responsabilidad como interino ocupante del sillón presidencial; tal vez porque sus mayores preocupaciones están encaminadas, en lo inmediato, a cerrar la brecha abierta por los 15 legisladores de la Alianza que se alzaron contra las medidas económicas.

Si en lo táctico está en juego el circunstancial equilibrio del poder político (la Alianza cuenta con el PE, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y mayoría en diputados, el PJ con la mayoría de las gobernaciones, entre ellas Buenos aires, Córdoba y Santa Fe y mayoría en el Senado ) en lo estratégico el país se juega la posibilidad de alcanzar la cuota de madurez necesaria para superar la crisis mediante una concertación de objetivos y medidas para reflotar la economía y generar empleos y esperanzas.

A duras penas la Alianza logró ayer, mediante la argucia de boicotear el quórum, que la Cámara de Diputados no tratara la media sanción del Senado sobre la rectificación del reajuste. Estaba previsto que la media sanción no podría avanzar.

Pero quedó en pie, en cambio, la otra maniobra dirigida desde el corazón del menemismo. La derogación de la rebaja de salarios al personal del Senado – sueldo promedio de los empleados: $ 2300 – convirtió a este sector en el único del Estado inmune al recorte de sus remuneraciones y descargó un impacto al hígado en la imagen del vicepresidente Alvarez.

Cualquier reacción administrativa del líder del Frepaso podría derivar, si el enfrentamiento continúa su escalada, en una votación de la cámara que le quitara, eventualmente, el manejo del presupuesto del cuerpo.

La Alianza trata de asimilar este round desfavorable . En la Casa Rosada Alvarez, el presidente provisional del Senado, José Genoud, y miembros del gabinete deliberaron para restañar las heridas y preparar la contraofensiva. El tema será tratado en reunión ampliada en una jornada de reflexión y análisis que se realizará el martes en un country del Gran Buenos Aires.

Se analizará la falta de reacción de los senadores de la coalición oficialista cuando se percibió la intención de los senadores justicialistas el miércoles pasado. Pero, en el cuadro de situación que se bosqueje, deberán tenerse en cuenta aspectos positivos, como la cena del radical Rafael Pascual, presidente de la Cámara de Diputados, y el frepasista Pablo Cafiero, con legisladores justicialistas que se inclinan más a la negociación que a la ruptura.

En particular ingresará en el análisis la paradojal situación de que, mientras algunos diputados oficialistas, críticos del reajuste se prestaron a formar quórum, varios legisladores del justicialismo se alejaron del recinto para contribuir a impedirlo. Entre ellos Jorge Matzkin, Ana Mosso y Jorge Remes, cuya actitud guarda similitud con la de dos figuras como Eduardo Menem y Carlos Ruckauf.

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