El NO liquidó un gabinete y crea incertidumbres de todo tipo (30-V)

Las encuestas acertaron: casi 55 contra 45%. El resultado acabó con el mediocre Jean-Pierre Raffarin y deja el futuro de Jacques Chirac en manos de Nicolas Sarkozy. El euro, amenazado por los plebiscitos en Holanda y Gran Bretaña.

1 junio, 2005

Entretanto, se reanudan las epseculaciones sobre la constitución –ahora frustrada- y los referendos pendientes. Días atrás, dando por hecho el triunfo del NO en Francia, la presidencia de turno en Bruselas –luxemburguesa- tenía un “plan B” para ignorar los resultados. Esa instancia –sostenía el “Sunday Telegraph”- buscaría neutralizar el voto negativo, pero sólo si la diferencia con el SÍ no superase los cinco puntos. Casi llegó a diez y con 70% del padrón movilizado.

En esa hipótesis, el ejecutivo de la Unión Europea, con el apoyo unánime de los veinticinco miembros (otra condición nada fácil), habría sacado una declaración conjunta “de emergencia”, pasando por alto el plebiscito del domingo. Básicamente, se intentaría seguir adelante con los referendos (Holanda realiza el suyo el 11 de junio). Al cabo de la ronda, se repetiría la consulta francesa

.

De tan peregrino plan, sólo queda la intención de continuar con los plebiscitos, aunque el NO galo haya puesto la consttitución en la congeladora. Los más prudentes –en Londres, París, Amsterdam y Roma- recomiendan ahora modificar ese fárrago de 480 artículos y trocarlo por algo más simple y menos ambicioso.

Tal como demuestran el referendo, la derrota de Gerhard Schröder en Renania norte-Wesfalia y el desastre electoral sufrido por Silvio Berlusconi, el público continental (no el británico, adicto a su actual prosperidad) desconfía profundamente de toda propuesta ligada a “reformas orientadas al mercado o la rentabilidad financiera, no a la sociedad ni a la economía real”, como reflexionaba Danielle Mitterando, viuda del ex presidente francés. Curiosamente, su opinión está a la izquierda de Daniel Cohn-Bendit, un ex terrorista creado por el “mayo francés” (una revolución tan hueca como la cubana), hoy ganando un excelente salario en el parlamento europeo.

Dicho de otro modo, la gente en varios países de la UE teme que la eventual constitución refleje las tendencias de la Comisión Europea, a cuyo actual elenco se lo considera adicto a los mercados especulativos y al sector privado global. Resultó irónico, entonces, que el NO pasase por lato un detalle: el proyecto de carta alude a “economía social de mercado” –aquel esquema de Hjalmar Schacht y Ludwig Erhard que su sedicente campeón argentino, Álvaro C.Alsogaray, jamás entendió-, no a los mercados financieros.

El mayor problema de este NO, por otra parte, va más allá de la constitución (un instrumento que podría resultar poco útil, presume el inglés Timothy Parks) y afecta al euro, objeto central de la inquina pública en Francia, Alemania o Italia. También corren peligros los eventuales ingresos de Rumania, Bulgaria, Croacia o Turquía. Pero, en el fondo, el fracaso de los referendos puede poner en tela de juicio la apresurada ampliación de la UE en 2004.

Volviendo al euro, el lunes abría en medioa de exéctivas contrarias, en buna medida porque –pese al atual rebote- el perfil del dólar dista de ser sólido. Este factor sugiere la prudencia de “mantener carteras diversificadas, aunque el euro prosiga cediendo. Por lo menos hasta que pasen los efectos psicológicos del domingo”. Así cree Héctor Scasserra, presdiente de Arpenta, un operador el mercado abierto. “Los inversores chicos debieran imitar las movidas de los bancos centrales que tienen colocaciones en euros”. En realidad, las ventas de esa moneda parten de fondos de cobertura. Por eso conviene ver qué hacen las entidades emisoras y los grandea bancos”. En Tokio, el euro amaneció el lunes a US$ 1,23, algo debajo del precio neyorquino del viernes. En gereal, se estima que el piso rondará 1,20, aunque los fondos especulativos intentarán achatarlo a 1,15 (pero eso implicaría un dólar superior a 113 yenes).

Entretanto, se reanudan las epseculaciones sobre la constitución –ahora frustrada- y los referendos pendientes. Días atrás, dando por hecho el triunfo del NO en Francia, la presidencia de turno en Bruselas –luxemburguesa- tenía un “plan B” para ignorar los resultados. Esa instancia –sostenía el “Sunday Telegraph”- buscaría neutralizar el voto negativo, pero sólo si la diferencia con el SÍ no superase los cinco puntos. Casi llegó a diez y con 70% del padrón movilizado.

En esa hipótesis, el ejecutivo de la Unión Europea, con el apoyo unánime de los veinticinco miembros (otra condición nada fácil), habría sacado una declaración conjunta “de emergencia”, pasando por alto el plebiscito del domingo. Básicamente, se intentaría seguir adelante con los referendos (Holanda realiza el suyo el 11 de junio). Al cabo de la ronda, se repetiría la consulta francesa

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De tan peregrino plan, sólo queda la intención de continuar con los plebiscitos, aunque el NO galo haya puesto la consttitución en la congeladora. Los más prudentes –en Londres, París, Amsterdam y Roma- recomiendan ahora modificar ese fárrago de 480 artículos y trocarlo por algo más simple y menos ambicioso.

Tal como demuestran el referendo, la derrota de Gerhard Schröder en Renania norte-Wesfalia y el desastre electoral sufrido por Silvio Berlusconi, el público continental (no el británico, adicto a su actual prosperidad) desconfía profundamente de toda propuesta ligada a “reformas orientadas al mercado o la rentabilidad financiera, no a la sociedad ni a la economía real”, como reflexionaba Danielle Mitterando, viuda del ex presidente francés. Curiosamente, su opinión está a la izquierda de Daniel Cohn-Bendit, un ex terrorista creado por el “mayo francés” (una revolución tan hueca como la cubana), hoy ganando un excelente salario en el parlamento europeo.

Dicho de otro modo, la gente en varios países de la UE teme que la eventual constitución refleje las tendencias de la Comisión Europea, a cuyo actual elenco se lo considera adicto a los mercados especulativos y al sector privado global. Resultó irónico, entonces, que el NO pasase por lato un detalle: el proyecto de carta alude a “economía social de mercado” –aquel esquema de Hjalmar Schacht y Ludwig Erhard que su sedicente campeón argentino, Álvaro C.Alsogaray, jamás entendió-, no a los mercados financieros.

El mayor problema de este NO, por otra parte, va más allá de la constitución (un instrumento que podría resultar poco útil, presume el inglés Timothy Parks) y afecta al euro, objeto central de la inquina pública en Francia, Alemania o Italia. También corren peligros los eventuales ingresos de Rumania, Bulgaria, Croacia o Turquía. Pero, en el fondo, el fracaso de los referendos puede poner en tela de juicio la apresurada ampliación de la UE en 2004.

Volviendo al euro, el lunes abría en medioa de exéctivas contrarias, en buna medida porque –pese al atual rebote- el perfil del dólar dista de ser sólido. Este factor sugiere la prudencia de “mantener carteras diversificadas, aunque el euro prosiga cediendo. Por lo menos hasta que pasen los efectos psicológicos del domingo”. Así cree Héctor Scasserra, presdiente de Arpenta, un operador el mercado abierto. “Los inversores chicos debieran imitar las movidas de los bancos centrales que tienen colocaciones en euros”. En realidad, las ventas de esa moneda parten de fondos de cobertura. Por eso conviene ver qué hacen las entidades emisoras y los grandea bancos”. En Tokio, el euro amaneció el lunes a US$ 1,23, algo debajo del precio neyorquino del viernes. En gereal, se estima que el piso rondará 1,20, aunque los fondos especulativos intentarán achatarlo a 1,15 (pero eso implicaría un dólar superior a 113 yenes).

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