El Gobierno busca fondos

Cavallo admitió que el primer trimestre cerró con un déficit superior en US$ 1.000 millones a lo previsto. Postergarían la aplicación de políticas activas.

3 abril, 2001

Las cuentas fiscales cerraron el primer trimestre con un déficit superior en US$ 1.000 millones al permitido por la Ley de Responsabilidad Fiscal y los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), según admitió ayer (lunes 2) el ministro de Economía, Domingo Cavallo.

De ello se desprenden varios datos:

● La situación es aun peor que la que reconoció a comienzos de mes el entonces ministro Ricardo López Murphy, quien vaticinó un desvío de US$ 700 millones.

● El desequilibrio de marzo fue de alrededor de US$ 1.600 millones, muy cerca del récord histórico de noviembre de 2000 (US$ 1.640 millones).

● El déficit del primer trimestre, del orden de US$ 3.100 millones, es casi la mitad del admitido para todo el año, de US$ 6.500 millones.

En la misma conferencia de prensa, el jefe del Gabinete, Chrystián Colombo, admitió que durante marzo la recaudación fiscal habría caído entre 10% y 12% con respecto a igual mes del año pasado (ver más información en “Importante caída de la recaudación”, en esta misma sección).

Como consecuencia, el Gobierno se encuentra frente a una considerable necesidad de financiamiento, dado que no se alterará el cronograma de desembolso de los préstamos previstos en el blindaje financiero, que estimaba un déficit menor.

“Estamos viendo entre distintas alternativas para cubrir las necesidades”, dijo el subsecretario de Financiamiento, Julio Dreizzen.

Una de esas alternativas es la posibilidad de solicitar a un grupo de bancos un adelanto de lo que deberán liquidarle al Estado como agentes de retención del nuevo Impuesto al Cheque.

Otra, según sostiene en su edición de hoy el diario El Cronista, es la emisión de un bono “que cubra el bache fiscal hasta que llegue la plata del blindaje”.

Pero dado que habrá que cumplir sí o sí la meta anual de déficit y que por ahora es un interrogante el efecto que tendrá el impuesto a las transacciones financieras (el Gobierno espera obtener al menos US$ 400 millones por mes), Economía dejaría por ahora en suspenso la aplicación, ya anunciada, de medidas dirigidas a reactivas determinados sectores industriales.

“No tomaremos medida alguna sin antes contar con el reaseguro por el lado de los ingresos”, dijo a Buenos Aires Económico alguien a quien este diario, en su edición de hoy, identifica como “un estrecho colaborador de Cavallo”.

Contrariamente a lo que caracterizó a su anterior gestión como ministro, durante la presidencia de Carlos Menem, Cavallo basó ahora su programa en políticas activas, como vía para intentar la recuperación de la economía, que lleva tres años en situación de recesión.

Ese es el espíritu de la Ley de Competitividad que el ministro anunció en su primer discurso y que el Congreso le aprobó sin demora.

Incluso, Cavallo anunció ayer que los primeros sectores que se beneficiarán de esa estrategia serán el siderúrgico y el textil (ver “Siderúrgicas y textiles tendrán prioridad”, en esta misma sección).

Pero, pese a lo que el ministro esperaba lo contrario, la semana pasada el FMI hizo saber que no admitirá desvíos de las pautas de déficit fiscal acordadas.

Hoy, sin haber anunciado ninguna medida destinada a disminuir el gasto público, Cavallo inicia una gira por Estados Unidos y Canadá, donde explicará a funcionarios, empresarios e inversores los aspectos de su programa de gestión (ver “FMI y Banco Mundial apoyan a Cavallo”, en esta misma sección).

Entre sus interlocutores estarán las máximas autoridades del FMI, el Banco Mundial y el Tesoro y la Reserva Federal de Estados Unidos.

Habrá que ver quién convence a quién.

Las cuentas fiscales cerraron el primer trimestre con un déficit superior en US$ 1.000 millones al permitido por la Ley de Responsabilidad Fiscal y los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), según admitió ayer (lunes 2) el ministro de Economía, Domingo Cavallo.

De ello se desprenden varios datos:

● La situación es aun peor que la que reconoció a comienzos de mes el entonces ministro Ricardo López Murphy, quien vaticinó un desvío de US$ 700 millones.

● El desequilibrio de marzo fue de alrededor de US$ 1.600 millones, muy cerca del récord histórico de noviembre de 2000 (US$ 1.640 millones).

● El déficit del primer trimestre, del orden de US$ 3.100 millones, es casi la mitad del admitido para todo el año, de US$ 6.500 millones.

En la misma conferencia de prensa, el jefe del Gabinete, Chrystián Colombo, admitió que durante marzo la recaudación fiscal habría caído entre 10% y 12% con respecto a igual mes del año pasado (ver más información en “Importante caída de la recaudación”, en esta misma sección).

Como consecuencia, el Gobierno se encuentra frente a una considerable necesidad de financiamiento, dado que no se alterará el cronograma de desembolso de los préstamos previstos en el blindaje financiero, que estimaba un déficit menor.

“Estamos viendo entre distintas alternativas para cubrir las necesidades”, dijo el subsecretario de Financiamiento, Julio Dreizzen.

Una de esas alternativas es la posibilidad de solicitar a un grupo de bancos un adelanto de lo que deberán liquidarle al Estado como agentes de retención del nuevo Impuesto al Cheque.

Otra, según sostiene en su edición de hoy el diario El Cronista, es la emisión de un bono “que cubra el bache fiscal hasta que llegue la plata del blindaje”.

Pero dado que habrá que cumplir sí o sí la meta anual de déficit y que por ahora es un interrogante el efecto que tendrá el impuesto a las transacciones financieras (el Gobierno espera obtener al menos US$ 400 millones por mes), Economía dejaría por ahora en suspenso la aplicación, ya anunciada, de medidas dirigidas a reactivas determinados sectores industriales.

“No tomaremos medida alguna sin antes contar con el reaseguro por el lado de los ingresos”, dijo a Buenos Aires Económico alguien a quien este diario, en su edición de hoy, identifica como “un estrecho colaborador de Cavallo”.

Contrariamente a lo que caracterizó a su anterior gestión como ministro, durante la presidencia de Carlos Menem, Cavallo basó ahora su programa en políticas activas, como vía para intentar la recuperación de la economía, que lleva tres años en situación de recesión.

Ese es el espíritu de la Ley de Competitividad que el ministro anunció en su primer discurso y que el Congreso le aprobó sin demora.

Incluso, Cavallo anunció ayer que los primeros sectores que se beneficiarán de esa estrategia serán el siderúrgico y el textil (ver “Siderúrgicas y textiles tendrán prioridad”, en esta misma sección).

Pero, pese a lo que el ministro esperaba lo contrario, la semana pasada el FMI hizo saber que no admitirá desvíos de las pautas de déficit fiscal acordadas.

Hoy, sin haber anunciado ninguna medida destinada a disminuir el gasto público, Cavallo inicia una gira por Estados Unidos y Canadá, donde explicará a funcionarios, empresarios e inversores los aspectos de su programa de gestión (ver “FMI y Banco Mundial apoyan a Cavallo”, en esta misma sección).

Entre sus interlocutores estarán las máximas autoridades del FMI, el Banco Mundial y el Tesoro y la Reserva Federal de Estados Unidos.

Habrá que ver quién convence a quién.

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