<p> Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá –a su ministro de hacienda, James Flaherty, pertenece la frase excluyente del Fondo- han sacado del segundo plano el grupo de los 7. Quizá porque su virtual sustituto, el G-8, abarca la heterodoxa Rusia y el G-20 tiene demasiados emergentes dentro.<br />
Si bien el cónclave repite una idea de moda, “la economía se recobra pausadamente”, los titulares de economía o hacienda son claros: “los programas de estímulos deben mantenerse”. Máxime con varios países agobiados por déficit fiscal o endeudamiento soberano.<br />
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La gran novedad es que en este encuentro comenzó a ganar terreno la posibilidad de imponer importantes impuestos a los bancos, para que con lo recaudado se integre un fondo que ayude a superar situaciones de crisis (bien a través de un tributo sobre cada operación bancaria, bien una carga según el nivel de depósitos de cada entidad). <br />
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Los cuatro casos que centraban las preocupaciones del G-7 son Grecia (rojo en 12,7% del producto bruto interno), España (19% del PBI, o sea € 1,74 billones, 18,9% de desempleo), Portugal (9,5% de déficit en cuenta corriente) e Irlanda (un rescate estatal de € 50.000 millones). Resulta algo irrisorio que, en este cuadro, se nombre a un portugués como vicepresidente del Banco Central Europeo, con el objeto de mantener a Jean-Claude Trichet en el timón hasta fin de 2011.<br />
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Sea como fuere, el Fondo Monetario Internacional se mantendrá al margen –su tecnocracia ortodoxa inspira desconfianza, no sólo a Nicolas Sarkozy- y los dieciséis miembros de la Eurozona seguirán adelante con los actuales problemas. El cambio de clima queda patente en la nueva actitud de Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo (los veintisiete ministros financieros de la Unión Europea). Este representante de Luxemburgo y defensor de los paraísos fiscales –su ducado es el mayor de la UE- adhirió a Flaherty y al alemán Wolfgang Schäuble, enemigo de los “offshore”. <br />
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Llamó la atención que el secretario de hacienda norteamericano, Timothy Geithner hablase de “una reacción global más firme que la prevista”. Primero, como dijeron los franceses, “se trataba de una crisis occidental, no mundial”. Segundo, la recuperación por ahora se limita al PBI (+5,7% en el cuarto trimestre) y al empleo en Estados Unidos (cedía a 9,7% en enero). <br />
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El G-7 estudia impuestos a los bancos por la eurocrisis
La emergencia griega y su probable secuencia española reavivan al grupo de los 7. Además, los bancos privados deberán compartir los costos de estas crisis, se afirmó en la reunión celebrada en Iqalut, al norte de Canadá, justo al sur del círculo ártico.