El G 20 no parece ser el nuevo Breton Woods

Dos semanas antes de la cumbre del G 20 en Londres, lo central que demostraron las reuniones previas de este fin de semana, es que abundan las divergencias. El objetivo será hacer todo lo que haga falta para revivir la demanda y llevar normalidad y tranquilidad a los mercados financieros.

15 marzo, 2009

<p>Pero, en verdad no se sabe muy bien c&oacute;mo se lograr&aacute;n estas metas.<br />
Los representantes de las 20 naciones (econom&iacute;as centrales y pa&iacute;ses emergentes) que juntas representan 85% de la econom&iacute;a mundial, no lograron todav&iacute;a las ansiadas coincidencias sobre la naturaleza y la extensi&oacute;n de los paquetes de est&iacute;mulo. En Europa, a pesar del ejemplo brit&aacute;nico, las grandes econom&iacute;as son renuentes a incrementar su deuda de forma exponencial.<br />
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Las buenas intenciones abundaron: como ayudar a las econom&iacute;as emergentes en apuros, en especial las de Europa oriental, desmantelar la telara&ntilde;a de <em>hedge funds</em> y lograr que los bancos vuelvan a prestar, fueron los grandes enunciados.<br />
Pero la incertidumbre y la renuencia de algunos de los jugadores hace dif&iacute;cil que Barack Obama logre su prop&oacute;sito: convencer a los otros 19 que en la reuni&oacute;n del 2 de abril en Londres se adopte una estrategia coordinada para todos ellos.<br />
En apariencia, una de las grandes diferencias es acerca de la regulaci&oacute;n. Europa quiere amplia intervenci&oacute;n para regular los mercados financieros, el acercamiento estadounidense es m&aacute;s laxo en este punto.<br />
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El otro punto es el nuevo rol de organismos mundiales como el FMI y el Banco Mundial. Para los emergentes, en un principio, lo mejor era dise&ntilde;ar otras organizaciones para ayudar a las econom&iacute;as en problemas. Convencidos de que eso no es posible, buscan flexibilizar a los existentes y que los fondos fluyan sin restricciones. Algunos de los jugadores pesados, como Alemania e Italia insisten en las &ldquo;condicionalidades&rdquo; de FMI, que a su juicio deber&iacute;an mantenerse. Lo cierto es que hubo consenso en aumentar la capacidad prestable del Fondo, aunque no se defini&oacute; ninguna cifra.<br />
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Estados Unidos, junto con Jap&oacute;n y Gran Breta&ntilde;a, creen en la absoluta conveniencia de inyectar recursos en las econom&iacute;as para revivir la demanda de los consumidores. Al contrario del resto de Europa. Ambos bandos simulan tener coincidencias b&aacute;sicas, aunque nadie imagina todav&iacute;a como se salvar&aacute; la diferencia. Todos aceptan que hay diferencias &ldquo;de &eacute;nfasis&rdquo;.<br />
El problema es que la expectativa que ha despertado este nuevo agrupamiento del G 20, puede defraudar si la pr&oacute;xima reuni&oacute;n de Londres no logra satisfacer las demandas mundiales. Lo que es probable. Nada indica que se tratar&aacute; de una reuni&oacute;n fundacional como aquella de Breton Woods despu&eacute;s de la Segunda Guerra Mundial donde se sentaron los pilares de la arquitectura econ&oacute;mica y financiera del planeta hasta ahora.</p>
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