El FMI canta la palinodia
La entidad rezuma analistas ortodoxos, pero carece de economistas sistémicos. Ahora confiesa que su obsesión por imponer recetas imposibles a países en desarrollo, le impidió advertir la magnitud de esta crisis global.
9 marzo, 2009
<p>Naturalmente, Brasil, Argentina, Sudáfrica, Tailandia, Malasia o Indonesia vienen señalando esas deformaciones ideológicas desde hace años. Probablemente, el “mea culpa” –como el estruendoso silencio de Chicago- sea oportunista y se reaccione a la presencia de un sociólogo, Dominique Strauss-Kahn, al frente del Fondo.<br />
<br />
La palinodia (retractación pública, que en la antigüedad se cantaba) integra un documento preparado con destino al grupo de los 20, que se reúne el 2 de abril. El texto, elaborado para el director gerente (que no ocupaba el cargo en esos tiempos), admite que los técnicos –cobran de US$ 20.000 mensuales para arriba- no supieron reconocer los riesgos de la crisis hipotecaria.<br />
<br />
Mucho menos, el cúmulo de activos tóxicos y los derivados de mala calidad que caracterizan la presente crisis sistémica en economías centrales y varias emergentes. En verdad, el documento procede del consejo ejecutivo que, a fines de febrero, analizó “graves fallas de vigilancia” y la consiguiente falta de advertencias.<br />
<br />
Como síntoma claro de viejas y malas costumbres internas –denunciadas en 2001 por Stiglitz y Michael Mussa-, tampoco ese debate tuvo difusión en los medios occidentales. Sí la tuvo en el sudeste asiático, donde se recordó el cuestionable papel de Anne Krueger y Anup Singh en la anterior crisis sistémica (1997/8).<br />
<br />
Los “remedios” para ese estallido (tampoco había sido previsto) causaron estragos y violencia social en Indonesia, Tailandia, Surcorea, Turquía, Rusia y Argentina. En rigor, la insistencia de Buenos Aires en mantener la convertibilidad uno a uno, demolida en 1996 por el déficit fiscal, contó con el apoyo del FMI.</p>
<p> </p>
<p> </p>