<p>Algunos analistas sospechan que este último país es realmente un banco de pruebas y, gracias a Silvio Berlusconi, se haya contagiado de la periferia (Grecia, Portugal, Irlanda). Al respecto, el econometrista Kenneth Rogoff señala que “cuando la deuda de un estado alcanza 90% del producto bruto interno, su economía pierde potencial”. Grecia tocó 97% el viernes.<br />
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Como se ha visto en los últimos días, los tiempos del mercado ya son distintos a los históricos. Las trepidaciones de Angela Merkel en el caso heleno –inclusive su súbito apoyo, el lunes- y las grescas parlamentarias norteamericanas alimentan los miedos que frenan a las economías centrales.<br />
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Allá por 2008/09, las malas hipotecas y sus paquetes tóxicos hundían bolsas y bancos. Hoy, la propia política es “<em>subprime</em>” y surte efectos similares. Tras caer <em>Bear Stearns, Lehman Brothers y Merrill Lynch,</em> el índice accionario global de los bancos marcaba 86 puntos. Hace tres días, rozaba los cien. <br />
En cuanto a perspectivas, datos de la Eurozona calculan para el trimestre en curso una leve contracción del PBI (-0,1%), algo mayor (-0,3%) en el cuarto. Técnicamente, no es recesión; psicológicamente, puede serlo. Igual sucede en EE.UU.: casi ningún experto prevé una “verdadera” contracción. Sin embargo, el desempleo y la saturación inmobiliaria apuntan en ese sentido.<br />
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EE.UU. y Europa, dos matrimonios desavenidos
Por un lado, el Capitolio y la Casa Blanca se obstruyen entre sí, en tanto los precandidatos republicanos se pelean. Por otro, el Banco Central Europeo no sabe disciplinar a un Bundesbank remiso a sostener dos economías vitales, España e Italia.