EE.UU: otro día sin novedad

El Tribunal Supremo de Florida no se expidió acerca del recuento manual de votos. Mientras, el Congreso analiza alternativas legales por si la cuestión no se resolviese antes de enero.

20 noviembre, 2000

(EFE).- El Tribunal Supremo de Florida terminó esta tarde (lunes 20) una audiencia sobre la posibilidad de incluir los recuentos manuales que se hacen en tres condados en el resultado oficial de las elecciones presidenciales de ese estado.

Los siete jueces del máximo foro judicial estatal centraron sus preguntas en el poder de la secretaria de Estado de Florida, Katherine Harris, para rechazar el resultado de los recuentos manuales y la posibilidad de que se ordene un escrutinio manual en todos los condados de ese estado.

Los abogados del candidato demócrata Albert Gore recurrieron al Supremo de Florida con la esperanza de que obligue a Harris a tener en cuenta los resultados que surjan del recuento manual en los condados de Palm Beach, Broward y Miami Dade.

Los defensores legales del candidato presidencial republicano, George Bush (hijo), en tanto, reafirmaron que la secretaria Harris ha actuado razonablemente y de acuerdo a la ley al rehusar incluir los resultados que surjan de los recuentos manuales.

“Es ahora cuestión del Supremo emitir su decisión”, dijo el abogado de Gore, David Boies, al terminar la vista, sin atreverse a pronosticar el resultado del foro judicial.

“El tribunal aprecia el trabajo de toda las partes”, dijo el juez presidente del Tribunal Supremo, Charles Wells, al concluir la audiencia, que duró dos horas y media.

El pasado viernes, el Tribunal Supremo de Florida impidió que la secretaria Harris certificase al ganador del estado una vez contados los votos por correo.

No hay indicación de cuándo los jueces del Tribunal Supremo anunciarán su dictamen, que puede aclarar quién será el próximo presidente de Estados Unidos.

Alternativas constitucionales

Ante la actual crisis política, la Oficina de Investigaciones del Congreso (CRS) presentó hoy un informe que detalla los pasos que tiene que dar el Legislativo sobre el nuevo presidente de Estados Unidos.

El informe de la dependencia legislativa fue remitido al presidente del Comité de Asuntos Administrativos de la Cámara de Representantes, el republicano William Thomas (California), uno de los congresistas que pidió el documento.

Líderes republicanos estudian qué sucedería si para enero próximo no se hubiera resuelto la controversia sobre el ganador de las elecciones en el estado de Florida, cuyos 25 votos del colegio electoral deben decidir quién será el próximo presidente de Estados Unidos.

Los representantes del colegio electoral, integrado por 538 miembros elegidos por los 50 estados y Washington DC deben reunirse en la capital de sus estados el próximo 18 de diciembre.

Seis días antes, el 12 de diciembre, deben estar resueltas todas las impugnaciones electorales referentes a la presidencia, recuerda el informe de la CRS.

Una vez efectuada la votación de los miembros del colegio electoral debe entonces ser referida por los estados, antes del 27 de diciembre, a la Oficina de Archivos del Congreso, para que esté en manos de los legisladores en la primera sesión del año, prevista para el 3 de enero de 2001.

La ley indica que el 6 de enero siguiente a la elección se deberán contar en el Congreso los votos del colegio electoral, pero, dado que la fecha caerá en sábado, el Senado ha propuesto que esa sesión se efectúe el día 5.

El candidato presidencial demócrata, Albert Gore, como vicepresidente de Estados Unidos y presidente del Senado, tendría que dirigir la sesión del Congreso, aunque, dada su situación como candidato presidencial, es previsible que decline esa función.

En ese caso, el Senado tendría que nombrar un presidente temporal, como suele hacer en sus sesiones ordinarias.

Según la Constitución estadounidense, la Cámara de Representantes tiene el poder de seleccionar el nuevo presidente si ninguno de los dos candidatos alcanza el mínimo de 270 votos del colegio electoral necesarios para declarar el ganador de los comicios.

El Senado, por su parte, tiene la autoridad para elegir al vicepresidente.

En el caso de la cámara baja, cada delegación estatal tiene derecho a un voto, lo que favorece al republicano George Bush (hijo), pues sus congresistas dominan la delegación con cerca de 30 de los 50 estados. En el Senado, cada legislador tiene derecho a un voto.

El informe del CRS reconoce que existe la posibilidad de que un legislador impugne uno o más votos del colegio electoral de un estado, lo que obligaría a que cada cámara legislativa efectuara una votación separada sobre el sufragio o sufragios en controversia.

El número tres de la mayoría republicana en la cámara baja, Tom DeLay, ya había advertido sobre esa posibilidad a su delegación legislativa, un poder que demócratas temen que se utilice en caso de que Gore fuese declarado ganador en Florida.

“(DeLay) no espera que este asunto (de la elección del presidente) tenga que ser decidido por la cámara baja”, afirmó un portavoz del representante republicano por Texas, quizá el de más poder en esa cámara legislativa.

Según la Oficina de Investigaciones del Congreso, la base para impugnar un voto del colegio electoral debe ser “que no fue emitido de forma apropiada” por un elector o que éste no fue certificado adecuadamente.

Si hubiese algún desacuerdo entre el Senado y la cámara baja en torno de la validez de un voto del colegio electoral, la decisión final se hará de acuerdo a la certificación presentada por el gobernador del estado.

Los precedentes de la cámara baja indican, por tanto, que una vez que un estado ha certificado oficialmente los miembros del colegio electoral, queda despejado el camino para que esas personas puedan emitir sus votos por el nuevo presidente.

(EFE).- El Tribunal Supremo de Florida terminó esta tarde (lunes 20) una audiencia sobre la posibilidad de incluir los recuentos manuales que se hacen en tres condados en el resultado oficial de las elecciones presidenciales de ese estado.

Los siete jueces del máximo foro judicial estatal centraron sus preguntas en el poder de la secretaria de Estado de Florida, Katherine Harris, para rechazar el resultado de los recuentos manuales y la posibilidad de que se ordene un escrutinio manual en todos los condados de ese estado.

Los abogados del candidato demócrata Albert Gore recurrieron al Supremo de Florida con la esperanza de que obligue a Harris a tener en cuenta los resultados que surjan del recuento manual en los condados de Palm Beach, Broward y Miami Dade.

Los defensores legales del candidato presidencial republicano, George Bush (hijo), en tanto, reafirmaron que la secretaria Harris ha actuado razonablemente y de acuerdo a la ley al rehusar incluir los resultados que surjan de los recuentos manuales.

“Es ahora cuestión del Supremo emitir su decisión”, dijo el abogado de Gore, David Boies, al terminar la vista, sin atreverse a pronosticar el resultado del foro judicial.

“El tribunal aprecia el trabajo de toda las partes”, dijo el juez presidente del Tribunal Supremo, Charles Wells, al concluir la audiencia, que duró dos horas y media.

El pasado viernes, el Tribunal Supremo de Florida impidió que la secretaria Harris certificase al ganador del estado una vez contados los votos por correo.

No hay indicación de cuándo los jueces del Tribunal Supremo anunciarán su dictamen, que puede aclarar quién será el próximo presidente de Estados Unidos.

Alternativas constitucionales

Ante la actual crisis política, la Oficina de Investigaciones del Congreso (CRS) presentó hoy un informe que detalla los pasos que tiene que dar el Legislativo sobre el nuevo presidente de Estados Unidos.

El informe de la dependencia legislativa fue remitido al presidente del Comité de Asuntos Administrativos de la Cámara de Representantes, el republicano William Thomas (California), uno de los congresistas que pidió el documento.

Líderes republicanos estudian qué sucedería si para enero próximo no se hubiera resuelto la controversia sobre el ganador de las elecciones en el estado de Florida, cuyos 25 votos del colegio electoral deben decidir quién será el próximo presidente de Estados Unidos.

Los representantes del colegio electoral, integrado por 538 miembros elegidos por los 50 estados y Washington DC deben reunirse en la capital de sus estados el próximo 18 de diciembre.

Seis días antes, el 12 de diciembre, deben estar resueltas todas las impugnaciones electorales referentes a la presidencia, recuerda el informe de la CRS.

Una vez efectuada la votación de los miembros del colegio electoral debe entonces ser referida por los estados, antes del 27 de diciembre, a la Oficina de Archivos del Congreso, para que esté en manos de los legisladores en la primera sesión del año, prevista para el 3 de enero de 2001.

La ley indica que el 6 de enero siguiente a la elección se deberán contar en el Congreso los votos del colegio electoral, pero, dado que la fecha caerá en sábado, el Senado ha propuesto que esa sesión se efectúe el día 5.

El candidato presidencial demócrata, Albert Gore, como vicepresidente de Estados Unidos y presidente del Senado, tendría que dirigir la sesión del Congreso, aunque, dada su situación como candidato presidencial, es previsible que decline esa función.

En ese caso, el Senado tendría que nombrar un presidente temporal, como suele hacer en sus sesiones ordinarias.

Según la Constitución estadounidense, la Cámara de Representantes tiene el poder de seleccionar el nuevo presidente si ninguno de los dos candidatos alcanza el mínimo de 270 votos del colegio electoral necesarios para declarar el ganador de los comicios.

El Senado, por su parte, tiene la autoridad para elegir al vicepresidente.

En el caso de la cámara baja, cada delegación estatal tiene derecho a un voto, lo que favorece al republicano George Bush (hijo), pues sus congresistas dominan la delegación con cerca de 30 de los 50 estados. En el Senado, cada legislador tiene derecho a un voto.

El informe del CRS reconoce que existe la posibilidad de que un legislador impugne uno o más votos del colegio electoral de un estado, lo que obligaría a que cada cámara legislativa efectuara una votación separada sobre el sufragio o sufragios en controversia.

El número tres de la mayoría republicana en la cámara baja, Tom DeLay, ya había advertido sobre esa posibilidad a su delegación legislativa, un poder que demócratas temen que se utilice en caso de que Gore fuese declarado ganador en Florida.

“(DeLay) no espera que este asunto (de la elección del presidente) tenga que ser decidido por la cámara baja”, afirmó un portavoz del representante republicano por Texas, quizá el de más poder en esa cámara legislativa.

Según la Oficina de Investigaciones del Congreso, la base para impugnar un voto del colegio electoral debe ser “que no fue emitido de forma apropiada” por un elector o que éste no fue certificado adecuadamente.

Si hubiese algún desacuerdo entre el Senado y la cámara baja en torno de la validez de un voto del colegio electoral, la decisión final se hará de acuerdo a la certificación presentada por el gobernador del estado.

Los precedentes de la cámara baja indican, por tanto, que una vez que un estado ha certificado oficialmente los miembros del colegio electoral, queda despejado el camino para que esas personas puedan emitir sus votos por el nuevo presidente.

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