EE.UU.: Bush inicia el segundo mandato con imagen ambigua

En 1993, William J.Clinton asumió con 61% de expectativas favorables entyre el público. En 1997, mantenía 59%. En 2001, George W.Bush entró con 52%, que ahora se reduce a 48”. Así señala una encuesta de NBC News/WSJ.

20 enero, 2005

Por otra parte, sus factores más positivos –liderazgo, 52%; manejo de crisis, 56%- son más bien aleatorios. En términos generales y extrapolando otros dos sondeos, este segundo término revela percepciones más negativas del futuro en corto y mediano plazo, salvo que resurja el tipo de crisis que el imaginario público asocia con Bush.

Hay un detalle curioso: los muestreos, naturalmente urbanos, trasuntan que poca gente cree en las elecciones iraquíes programadas este mismo mes. Sea porque no las ve factibles, sea porque sus resultados difícilmente mejoren la situación local. Sin duda, la brecha entre aquel casi 51% de votos obtenidos en noviembre –una mayoría bastante estrecha- y la actual (48%) refleja el empeoramiento de percepciones económicas (triple déficit, repunte del empleo por demás lento, privilegios tributarios a los ricos). También pesan las crecientes bajas militares norteamericanas y la violencia terrorista en Irak.

En forma concomitante, 58% de la muestra no tiene mucha confianza en las políticas presidenciales ni en su nuevo gabinete. Por ejemplo, Colin Powell -en su peor momento- mantenía 54% de aprobación, pero Condoleezza Rice (indican encuestas en California, Nueva Inglaterra y Nueva York) no llega a 43%.

Por supuesto, Bush retiene buena imagen en lo inefable: liderazgo (o sea, capacidad de tomar rápidamente decisiones, aun tan malas como la de Irak) y manejo de crisis, aunque las afrontadas durante el primer mandato hayan sido generadas por errores de cálculo. En otros términos, la camarilla neoconservadora presidencial podría tomar esos sondeos como argumento para repetir lo de Bagdad en Irán, Siria o Norcorea.

Por el contrario, la imagen en el plano económico y social tendrá la lectura opuesta: no tomar la iniciativa, esperar que el pausado crecimiento de 2002-4 se profundice en 2005-8 y las cosas vayan arreglándose. Pero quizás el resto del mundo no esté tan dispuesto a seguir financiando los desmedidos gastos del gobierno ni la buena vida de los norteamericanos.

Tampoco éstos de ven lo felices que debieran, si fuiese cierta la visión lírica que se extiende en el directorio del Sistema de Reserva Federal. La mitad de los encuestados por NBC cree que la privatización de la segfuriodad social que propone Bush es mala idea. Apenas, apenas 14$ comparte la idea oficial de que el sistema está en crisis. ¿E Irak? Bueno, 53% de las muestras sostiene que la guerra es demasiado costosa y no ha valido la pena.

Por otra parte, sus factores más positivos –liderazgo, 52%; manejo de crisis, 56%- son más bien aleatorios. En términos generales y extrapolando otros dos sondeos, este segundo término revela percepciones más negativas del futuro en corto y mediano plazo, salvo que resurja el tipo de crisis que el imaginario público asocia con Bush.

Hay un detalle curioso: los muestreos, naturalmente urbanos, trasuntan que poca gente cree en las elecciones iraquíes programadas este mismo mes. Sea porque no las ve factibles, sea porque sus resultados difícilmente mejoren la situación local. Sin duda, la brecha entre aquel casi 51% de votos obtenidos en noviembre –una mayoría bastante estrecha- y la actual (48%) refleja el empeoramiento de percepciones económicas (triple déficit, repunte del empleo por demás lento, privilegios tributarios a los ricos). También pesan las crecientes bajas militares norteamericanas y la violencia terrorista en Irak.

En forma concomitante, 58% de la muestra no tiene mucha confianza en las políticas presidenciales ni en su nuevo gabinete. Por ejemplo, Colin Powell -en su peor momento- mantenía 54% de aprobación, pero Condoleezza Rice (indican encuestas en California, Nueva Inglaterra y Nueva York) no llega a 43%.

Por supuesto, Bush retiene buena imagen en lo inefable: liderazgo (o sea, capacidad de tomar rápidamente decisiones, aun tan malas como la de Irak) y manejo de crisis, aunque las afrontadas durante el primer mandato hayan sido generadas por errores de cálculo. En otros términos, la camarilla neoconservadora presidencial podría tomar esos sondeos como argumento para repetir lo de Bagdad en Irán, Siria o Norcorea.

Por el contrario, la imagen en el plano económico y social tendrá la lectura opuesta: no tomar la iniciativa, esperar que el pausado crecimiento de 2002-4 se profundice en 2005-8 y las cosas vayan arreglándose. Pero quizás el resto del mundo no esté tan dispuesto a seguir financiando los desmedidos gastos del gobierno ni la buena vida de los norteamericanos.

Tampoco éstos de ven lo felices que debieran, si fuiese cierta la visión lírica que se extiende en el directorio del Sistema de Reserva Federal. La mitad de los encuestados por NBC cree que la privatización de la segfuriodad social que propone Bush es mala idea. Apenas, apenas 14$ comparte la idea oficial de que el sistema está en crisis. ¿E Irak? Bueno, 53% de las muestras sostiene que la guerra es demasiado costosa y no ha valido la pena.

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