El cierre de la mayor parte del sector servicios (restaurantes, hoteles, tiendas minoristas) en un intento de detener la proliferación del coronavirus está enviando a la economía de Estados Unidos a una profunda recesión. Esta semana del Departamento de Trabajo anunció que 3,3 millones de personas presentamos reclamos por desempleo; el anterior récord había sido de 695.000, en 1982. Sin embargo, con todo lo grave que es el número, minimiza la importancia de la crisis porque no incluye a los que trabajan medio tiempo o por su cuenta y están perdiendo su trabajo.
Es difícil decir hacia adónde lleva esta situación, que también es la de muchos países. Se para la actividad económica y la gente debe permanecer en su casa. Esto hace que esta recesión sea cualitativamente diferente de cualquier otra. Muchas pequeñas empresas van a caer si no reciben ayuda del gobierno. La crisis va a golpear más a la gente que menos puede aguantar: los trabajadores de servicios con bajos sueldos en restaurantes y hoteles y toda la gente que trabaja en la economía informal. El gobierno norteamericano seguramente pondrá millones para apuntalar su economía, pero ¿cuántos países estarán en condiciones de hacer algo parecido?