Duras advertencias de la Iglesia

Para el arzobispo de La Plata "la República está secuestrada por dirigencias partidarias con intereses contrarios a la Nación". Monseñor Novak pidió que se escuche el clamor de las víctimas del modelo económico "cruelmente genocida".

25 mayo, 2001

(DYN). – En su homilía por el aniversario de la revolución de Mayo, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, advirtió el viernes frente al gobernador Carlos Ruckauf y sus ministros que “el destino de la Nación está amenazado” y que “la República está secuestrada por las dirigencias partidarias con intereses contrarios al de la Nación”.

Durante el tedeum, el arzobispo señaló que “si en la Argentina se aplicara esa idea de que ´los pueblos tienen el gobierno que se merecen´ nuestro país tendría una deuda cívica”. Porque existe “una ineptitud compartida de los gobernantes y de la gente”, dijo.

“Obligado a votar, el pueblo ya no cree que pueda llamarse democracia a esta gimnasia electoral que con excesiva frecuencia practicamos”, sostuvo monseñor Aguer.

Asimismo, destacó que “los economistas acusan al gasto público como causa universal de nuestros males, pero habría que señalar más bien otro gasto más funesto: la deshonestidad y con ella el deterioro de las instituciones, la erosión del ámbito riguroso de la acción política, la desconfianza y la sospecha generalizada”.

“Bajo este smog el aire se torna irrespirable”, remarcó.

En tanto, el obispo de Quilmes, monseñor Jorge Novak, pidió a Dios que escuche el clamor de las víctimas del modelo económico que se “nos ha impuesto” en el país y “rapiña los frutos del trabajo y alimenta el despilfarro de unos pocos con los sudores, lágrimas y vida de la inmensa mayoría”.

El prelado quilmeño también clamó al cielo para que se haga eco de la “tristeza y desconcierto” del pueblo al ver que se insiste en la aplicación de un modelo “perverso, idólatra y cruelmente genocida que ha demostrado ya suficientemente su inmoralidad e ineficacia para ayudar a los pobres”.

“Un modelo que se ha revelado como responsable de la creciente injusticia en la distribución, la preocupante desocupación y en el imperio de la muerte que reina por la dictadura del dios dinero”, sentenció.

En un mensaje a modo de plegaria –al que adhieren los sacerdotes de la diócesis de Quilmes-, el Obispo embistió contra los “príncipes de la mentira” que “matan de tristeza a la Patria” y rogó a Dios que escuche los reclamos de su pueblo.

Entre otros, el clamor de los desocupados que “caminan sin esperanza en búsqueda de un trabajo que nadie les ofrece, y que a lo sumo se les da como limosna” y el dolor de los que “hacen interminables colas en los hospitales que no pueden brindarles ni siquiera lo necesario para conservar su vida, o dar a luz dignamente”.

También los pedidos de “los jubilados que después de haber aportado una vida entera reciben en cuotas y mezquinamente lo que les corresponde en justicia” y de los chicos que “van a la escuela cuando pueden, y miran la educación como poco importante, porque sólo esperan un plato de comida”.

Tras interceder por los jóvenes “tentados diariamente con la violencia, la droga y la evasión”, monseñor Novak clamó por “la tierra de nuestros padres depredada, lastimada y contaminada con el riesgo inminente de no poder engendrar ya más vida”.

“Escucha, Señor, el clamor de las víctimas de este modelo económico que nos han impuesto, y que rapiña los frutos de nuestros trabajos, y alimenta el despilfarro de unos pocos con los sudores, lágrimas y vida de la inmensa mayoría”, reiteró.

(DYN). – En su homilía por el aniversario de la revolución de Mayo, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, advirtió el viernes frente al gobernador Carlos Ruckauf y sus ministros que “el destino de la Nación está amenazado” y que “la República está secuestrada por las dirigencias partidarias con intereses contrarios al de la Nación”.

Durante el tedeum, el arzobispo señaló que “si en la Argentina se aplicara esa idea de que ´los pueblos tienen el gobierno que se merecen´ nuestro país tendría una deuda cívica”. Porque existe “una ineptitud compartida de los gobernantes y de la gente”, dijo.

“Obligado a votar, el pueblo ya no cree que pueda llamarse democracia a esta gimnasia electoral que con excesiva frecuencia practicamos”, sostuvo monseñor Aguer.

Asimismo, destacó que “los economistas acusan al gasto público como causa universal de nuestros males, pero habría que señalar más bien otro gasto más funesto: la deshonestidad y con ella el deterioro de las instituciones, la erosión del ámbito riguroso de la acción política, la desconfianza y la sospecha generalizada”.

“Bajo este smog el aire se torna irrespirable”, remarcó.

En tanto, el obispo de Quilmes, monseñor Jorge Novak, pidió a Dios que escuche el clamor de las víctimas del modelo económico que se “nos ha impuesto” en el país y “rapiña los frutos del trabajo y alimenta el despilfarro de unos pocos con los sudores, lágrimas y vida de la inmensa mayoría”.

El prelado quilmeño también clamó al cielo para que se haga eco de la “tristeza y desconcierto” del pueblo al ver que se insiste en la aplicación de un modelo “perverso, idólatra y cruelmente genocida que ha demostrado ya suficientemente su inmoralidad e ineficacia para ayudar a los pobres”.

“Un modelo que se ha revelado como responsable de la creciente injusticia en la distribución, la preocupante desocupación y en el imperio de la muerte que reina por la dictadura del dios dinero”, sentenció.

En un mensaje a modo de plegaria –al que adhieren los sacerdotes de la diócesis de Quilmes-, el Obispo embistió contra los “príncipes de la mentira” que “matan de tristeza a la Patria” y rogó a Dios que escuche los reclamos de su pueblo.

Entre otros, el clamor de los desocupados que “caminan sin esperanza en búsqueda de un trabajo que nadie les ofrece, y que a lo sumo se les da como limosna” y el dolor de los que “hacen interminables colas en los hospitales que no pueden brindarles ni siquiera lo necesario para conservar su vida, o dar a luz dignamente”.

También los pedidos de “los jubilados que después de haber aportado una vida entera reciben en cuotas y mezquinamente lo que les corresponde en justicia” y de los chicos que “van a la escuela cuando pueden, y miran la educación como poco importante, porque sólo esperan un plato de comida”.

Tras interceder por los jóvenes “tentados diariamente con la violencia, la droga y la evasión”, monseñor Novak clamó por “la tierra de nuestros padres depredada, lastimada y contaminada con el riesgo inminente de no poder engendrar ya más vida”.

“Escucha, Señor, el clamor de las víctimas de este modelo económico que nos han impuesto, y que rapiña los frutos de nuestros trabajos, y alimenta el despilfarro de unos pocos con los sudores, lágrimas y vida de la inmensa mayoría”, reiteró.

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