Dura oposición de Ruckauf

Ruckauf descargó su artillería contra la política económica. Oposición a la rebaja de sueldos a partir de $ 700. Propone medidas de reactivación.

29 mayo, 2000

Uno de los mandatarios provinciales más conciliadores con el gobierno y que no vacilara en mostrarse públicamente junto al Presidente, el titular de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, endureció posiciones el sábado.

Se opuso en términos categóricos a la rebaja de los salarios del personal del Estado a partir de los $ 700 y reiteró que, por su parte, de ninguna manera recortaría los sueldos de los empleados provinciales. Disparó con munición de gran calibre contra José Luis Machinea, a quien definió como “un cajero que sólo busca cerrar las cuentas del Estado para equilibrar el balance fiscal”.

Se opuso a las propuestas del Fondo Monetario Internacional para la Argentina y en cambio pidió la apertura de un amplio debate para considerar las siguientes medidas:
1. Bajar las tasas de interés.

2. Reducir los impuestos nacionales y provinciales.

3. Establecer las bases para renegociar la deuda externa.

4. Reactivar la economía a partir de esas bases mínimas

Ruckauf abandonó su actitud conciliadora para convertirse en un irreductible opositor a la línea económica oficial a la que calificó como “una torpeza que va a aumentar la recesión”.El gobernador de Buenos Aires sigue empeñado en convertirse ,de oficio, en vocero de sus colegas peronistas. Muestra su coincidencia con la política económica de José Manuel de la Sota, en Córdoba, y conoce el pensamiento del taciturno santafesino Carlos Reutemann y el maximalismo del santacruceño Néstor Kirschner.

En íntima alianza política con Eduardo Duhalde, apoya los esfuerzos que éste realiza desde la jefatura del partido justicialista provincial para incentivar a los intendentes a fin de que movilicen sus adeptos en apoyo a la movilización convocada para el 3l por Hugo Moyano. Un frente que de la Rúa se propone no descuidar.

Ruckauf avalaba su opinión con un ejemplar del semanario inglés The Economist que, en su último número, cuestiona algunas de las recetas de la economía liberal ortodoxa. Afirma la prestigiosa publicación que en los países de menores recursos defender a rajatabla el superávit fiscal puede atentar contra el crecimiento.

Y, lindando con la heterodoxia keynesiana, se permite afirmar que algunas veces se debe fomentar la inversión pública. Para cerrar su razonamiento con la afirmación de que los países más desarrollados lograron equilibrar su presupuesto fiscal mediante el crecimiento de la economía y no en base a ajustes recesivos.

Uno de los mandatarios provinciales más conciliadores con el gobierno y que no vacilara en mostrarse públicamente junto al Presidente, el titular de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, endureció posiciones el sábado.

Se opuso en términos categóricos a la rebaja de los salarios del personal del Estado a partir de los $ 700 y reiteró que, por su parte, de ninguna manera recortaría los sueldos de los empleados provinciales. Disparó con munición de gran calibre contra José Luis Machinea, a quien definió como “un cajero que sólo busca cerrar las cuentas del Estado para equilibrar el balance fiscal”.

Se opuso a las propuestas del Fondo Monetario Internacional para la Argentina y en cambio pidió la apertura de un amplio debate para considerar las siguientes medidas:
1. Bajar las tasas de interés.

2. Reducir los impuestos nacionales y provinciales.

3. Establecer las bases para renegociar la deuda externa.

4. Reactivar la economía a partir de esas bases mínimas

Ruckauf abandonó su actitud conciliadora para convertirse en un irreductible opositor a la línea económica oficial a la que calificó como “una torpeza que va a aumentar la recesión”.El gobernador de Buenos Aires sigue empeñado en convertirse ,de oficio, en vocero de sus colegas peronistas. Muestra su coincidencia con la política económica de José Manuel de la Sota, en Córdoba, y conoce el pensamiento del taciturno santafesino Carlos Reutemann y el maximalismo del santacruceño Néstor Kirschner.

En íntima alianza política con Eduardo Duhalde, apoya los esfuerzos que éste realiza desde la jefatura del partido justicialista provincial para incentivar a los intendentes a fin de que movilicen sus adeptos en apoyo a la movilización convocada para el 3l por Hugo Moyano. Un frente que de la Rúa se propone no descuidar.

Ruckauf avalaba su opinión con un ejemplar del semanario inglés The Economist que, en su último número, cuestiona algunas de las recetas de la economía liberal ortodoxa. Afirma la prestigiosa publicación que en los países de menores recursos defender a rajatabla el superávit fiscal puede atentar contra el crecimiento.

Y, lindando con la heterodoxia keynesiana, se permite afirmar que algunas veces se debe fomentar la inversión pública. Para cerrar su razonamiento con la afirmación de que los países más desarrollados lograron equilibrar su presupuesto fiscal mediante el crecimiento de la economía y no en base a ajustes recesivos.

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