Duhalde critica a la dirigencia

Tomando el estilo de Pierre Cambronne, Duhalde descalificó a la dirigencia nacional. No perdonó a políticos, empresarios, ni sindicalistas.

18 noviembre, 2000

Eduardo Duhalde, ex vicepresidente y ex gobernador de Buenos Aires, emuló al vizconde Pierre Cambronne, el último mariscal de Napoleón en rendirse en los campos de Waterloo al utilizar para calificar a la clase dirigente argentina el mismo término con que el francés respondió a la intimación a deponer las armas.

Para no herir oídos susceptibles, recordemos que el enérgico e iracundo galo exclamó “¡Merde!” para consternación del prolijo y necesariamente flemático militar británico que lo interpelaba.

Duhalde no perdonó a ningún sector; incluyó en su estrepitoso calificativo a políticos, empresarios y sindicalistas.

Dijo de ellos que constituyen una dirigencia con una mediocridad absoluta, “de cuarta” y no vaciló en incluirse entre sus integrantes.

El exabrupto surgió cuando en declaraciones radiales, al ser inquirido sobre el curso de la crisis, sostuvo que la situación era muy difícil, en un país que, visto con objetividad, es el de mayor ingreso per capita de América latina y con todas las potencialidades para ser muy importante.

El dirigente justicialista explicó que la falla consistía en la existencia de “una dirigencia de m….”.

Afirmó que el país vive un estado preanárquico , que los síntomas de tal situación se percibieron la semana pasada en Salta, aludiendo a la violencia desatada a raíz del corte de la ruta 34, que culminara con luego con desmanes y saqueos en General Mosconi y Tartagal.

Se mostró, sin embargo, esperanzado en que el Presidente de la Rúa pueda consolidar una posición de liderazgo y que los argentinos en su enorme mayoría tienen ganas de que acierte en sus acciones políticas, para que la sociedad salga adelante.

.
Para algunos analistas , Duhalde quiso ganar notoriedad y espacio en los medios apelando a recursos escatológicos ; quienes así lo sostuvieron creen que su hipótesis de ha confirmado con el anuncio que hizo el ex gobernador de Buenos Aires, el día viernes, anunciando que se candidateará como senador.

Para otros fue la explosión de un político angustiado por la suerte del país y obligado a observar el curso de los acontecimientos desde el relativo ostracismo que le impuso la derrota electoral del 24 de octubre de 1999.

Eduardo Duhalde, ex vicepresidente y ex gobernador de Buenos Aires, emuló al vizconde Pierre Cambronne, el último mariscal de Napoleón en rendirse en los campos de Waterloo al utilizar para calificar a la clase dirigente argentina el mismo término con que el francés respondió a la intimación a deponer las armas.

Para no herir oídos susceptibles, recordemos que el enérgico e iracundo galo exclamó “¡Merde!” para consternación del prolijo y necesariamente flemático militar británico que lo interpelaba.

Duhalde no perdonó a ningún sector; incluyó en su estrepitoso calificativo a políticos, empresarios y sindicalistas.

Dijo de ellos que constituyen una dirigencia con una mediocridad absoluta, “de cuarta” y no vaciló en incluirse entre sus integrantes.

El exabrupto surgió cuando en declaraciones radiales, al ser inquirido sobre el curso de la crisis, sostuvo que la situación era muy difícil, en un país que, visto con objetividad, es el de mayor ingreso per capita de América latina y con todas las potencialidades para ser muy importante.

El dirigente justicialista explicó que la falla consistía en la existencia de “una dirigencia de m….”.

Afirmó que el país vive un estado preanárquico , que los síntomas de tal situación se percibieron la semana pasada en Salta, aludiendo a la violencia desatada a raíz del corte de la ruta 34, que culminara con luego con desmanes y saqueos en General Mosconi y Tartagal.

Se mostró, sin embargo, esperanzado en que el Presidente de la Rúa pueda consolidar una posición de liderazgo y que los argentinos en su enorme mayoría tienen ganas de que acierte en sus acciones políticas, para que la sociedad salga adelante.

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Para algunos analistas , Duhalde quiso ganar notoriedad y espacio en los medios apelando a recursos escatológicos ; quienes así lo sostuvieron creen que su hipótesis de ha confirmado con el anuncio que hizo el ex gobernador de Buenos Aires, el día viernes, anunciando que se candidateará como senador.

Para otros fue la explosión de un político angustiado por la suerte del país y obligado a observar el curso de los acontecimientos desde el relativo ostracismo que le impuso la derrota electoral del 24 de octubre de 1999.

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