Ahora, surge el etanol como substituto de hidrocarburos
Hasta George W.Bush censura la adicción norteamericana a la nafta y pide opciones. Una es, sin duda, el empleo del alcohol etítico etanol- como combustible, puntofuerte de Brasil.
En realidad, el presidente de Estados Unios parece olvidar que, en una reciente ley a medida del “lobby” petrolero –inspirada por el vice, Richard Cheney-, se deja poco espacio para combustibles y formas de energía alternativas. Ni hablar de Vladyímir Putin, que se aferra a los hidrocarburos como parte de una ambiciosa estrategia geopolìtica (obvio: Rusia tiene más reservas potenciales que Saudiarabia).
Volviendo al alcohol etílico, representa un triple mercado: combustibles, bebidas y rubros no alimentarios. El primero absorbe 60% de la producción global; sea para mezclarlo con derivados petroleros, sea para substituirlos. En el segundo caso, el aumento de hidrocarburos es un creciente incentivo y el uso de etanol puede llegar a 1.400 millones de m3 anuales. En cuanto a origen, 33% proviene de cereales, 55% de melaza (caña de azucar, remolacha) y el resto incluye sintéticos.
Para 2005, la producción total de etanol se estima en alrededor de 40 millones de m3 y, de ese volumen, 65% como combustible. Aunque pudo serlo Argentina –lo impidieron las petroleras-, Brasil es hoy el mayor productor mundial, con 15 millones de m3/año. Esto es, 38% del total. De ese monto, 80% va al consumo interno, resultado de uno de los escasos programas exitosos pro substitución de hidrocarburos.
Tras años de reticencia, EE.UU. tiene también 15 millones de m3 en capacidad instalada y aspira a alcanzar el doble hacia 2012. Argentina produce apenas 150.000 toneladas anuales de alcohol etílico, pero casi no se emplea como substituto del petróleo, porque el proyecto pro ley de biocombustibles –aprobado en 2004 por el senado- duerme en diputados, cámara poco proclive a debatir cosas “difíciles”. Tal vez ya sea tarde: Brasil analiza la factibilidad de un ducto para abastecer la demanda interna y regional de etanol.
En realidad, el presidente de Estados Unios parece olvidar que, en una reciente ley a medida del “lobby” petrolero –inspirada por el vice, Richard Cheney-, se deja poco espacio para combustibles y formas de energía alternativas. Ni hablar de Vladyímir Putin, que se aferra a los hidrocarburos como parte de una ambiciosa estrategia geopolìtica (obvio: Rusia tiene más reservas potenciales que Saudiarabia).
Volviendo al alcohol etílico, representa un triple mercado: combustibles, bebidas y rubros no alimentarios. El primero absorbe 60% de la producción global; sea para mezclarlo con derivados petroleros, sea para substituirlos. En el segundo caso, el aumento de hidrocarburos es un creciente incentivo y el uso de etanol puede llegar a 1.400 millones de m3 anuales. En cuanto a origen, 33% proviene de cereales, 55% de melaza (caña de azucar, remolacha) y el resto incluye sintéticos.
Para 2005, la producción total de etanol se estima en alrededor de 40 millones de m3 y, de ese volumen, 65% como combustible. Aunque pudo serlo Argentina –lo impidieron las petroleras-, Brasil es hoy el mayor productor mundial, con 15 millones de m3/año. Esto es, 38% del total. De ese monto, 80% va al consumo interno, resultado de uno de los escasos programas exitosos pro substitución de hidrocarburos.
Tras años de reticencia, EE.UU. tiene también 15 millones de m3 en capacidad instalada y aspira a alcanzar el doble hacia 2012. Argentina produce apenas 150.000 toneladas anuales de alcohol etílico, pero casi no se emplea como substituto del petróleo, porque el proyecto pro ley de biocombustibles –aprobado en 2004 por el senado- duerme en diputados, cámara poco proclive a debatir cosas “difíciles”. Tal vez ya sea tarde: Brasil analiza la factibilidad de un ducto para abastecer la demanda interna y regional de etanol.
