Duhalde cambia de idea y quiere liderar el peronismo antikirchner

Juró haberse retirado de la política. Ahora, según algunas fuentes a instancias de Juan Manuel de la Sota, Manuel Quindimil o su esposa, Eduardo Duhalde tratará de encabezar un justicialismo opuesto a los Kirchner.

12 septiembre, 2007

Operadores de Cristina Fernández Kirchner afirman que Hilda Duhalde no se resigna a ver la presidencia en manos de una mujer que no sea ella. A su vez, varios intendentes que se pasaron al matrimonio creen que el viejo Quindimil presiona a Duhalde para reunir el peronismo no oficialista.

En cuanto al gobernador cordobés, corresponsable de un escándalo electoral que no se agotará rápidamente, su objeto es hostigar los dos Kirchner. Pero sin acercarse a “dinosaurios de provincia chica” como los hermanos Rodríguez Saa y Ménem. Fuera del peronismo, varios analistas recuerdan que Duhalde sólo se “retira” cuando las cosas se le ponen feas, en tanto Hilda tiene obsesión por el poder.

El ex gobernador bonaerense cree que la “etapa Kirchner” empieza a perder impulso. Ducho en internas malvadas, percibe que un grupo alrededor de Cristina busca sacarse de encima a “pingüinos fundamentalistas” importados de Santa Cruz. Por ejemplo, ambos Fernández o Julio de Vido.

Pero Duhalde cree que Cristina ganará en octubre, con o sin segunda vuelta. Por ende, se prepara para los siguientes cuatro años. Además, también es consciente de que en 2011 será demasiado viejo y deberá promover a Hilda o un delfín. De ahí que, al día siguiente de decir que no lo haría, el lunes anunció su regreso a la lucha para el 10 de diciembre. Sin caras nuevas alrededor –tampoco abundan entre sus opositores internos-, pretende encabezar el antikirchnerismo.

Al parecer, hasta tiene un plan, lo cual sí es novedoso en el personaje. Proyecta, entre otros, reorganizar el PJ (o lo que quede de él) y volver a una vieja obsesión de los militares, inclusive el propio Juan Domingo Perón: juntar empresarios, políticos y sindicalistas. Esto lo intentaron, después de 1955, los “nacionalistas” Eduardo Lonardi, Juan C.Onganìa (inventó una institución que persiste, reducida a elencos ejecutivos) y Emilio Massera. Pero no, cabe apuntar, el último Perón.

Pensando tal vez en Hugo Chávez, Duhalde baraja una reforma tributaria, una especie de ingreso ciudadano universal y acceso a tierra –rurales, urbanas- para el común de las gentes. Obviamente, su hipotética alianza social no abarca a sectores rurales por lo común ultraconservadores y remisos a pagar impuestos. Ya hay una señal de la derecha: Mauricio Macri rechaza las ideas de Duhalde.

Operadores de Cristina Fernández Kirchner afirman que Hilda Duhalde no se resigna a ver la presidencia en manos de una mujer que no sea ella. A su vez, varios intendentes que se pasaron al matrimonio creen que el viejo Quindimil presiona a Duhalde para reunir el peronismo no oficialista.

En cuanto al gobernador cordobés, corresponsable de un escándalo electoral que no se agotará rápidamente, su objeto es hostigar los dos Kirchner. Pero sin acercarse a “dinosaurios de provincia chica” como los hermanos Rodríguez Saa y Ménem. Fuera del peronismo, varios analistas recuerdan que Duhalde sólo se “retira” cuando las cosas se le ponen feas, en tanto Hilda tiene obsesión por el poder.

El ex gobernador bonaerense cree que la “etapa Kirchner” empieza a perder impulso. Ducho en internas malvadas, percibe que un grupo alrededor de Cristina busca sacarse de encima a “pingüinos fundamentalistas” importados de Santa Cruz. Por ejemplo, ambos Fernández o Julio de Vido.

Pero Duhalde cree que Cristina ganará en octubre, con o sin segunda vuelta. Por ende, se prepara para los siguientes cuatro años. Además, también es consciente de que en 2011 será demasiado viejo y deberá promover a Hilda o un delfín. De ahí que, al día siguiente de decir que no lo haría, el lunes anunció su regreso a la lucha para el 10 de diciembre. Sin caras nuevas alrededor –tampoco abundan entre sus opositores internos-, pretende encabezar el antikirchnerismo.

Al parecer, hasta tiene un plan, lo cual sí es novedoso en el personaje. Proyecta, entre otros, reorganizar el PJ (o lo que quede de él) y volver a una vieja obsesión de los militares, inclusive el propio Juan Domingo Perón: juntar empresarios, políticos y sindicalistas. Esto lo intentaron, después de 1955, los “nacionalistas” Eduardo Lonardi, Juan C.Onganìa (inventó una institución que persiste, reducida a elencos ejecutivos) y Emilio Massera. Pero no, cabe apuntar, el último Perón.

Pensando tal vez en Hugo Chávez, Duhalde baraja una reforma tributaria, una especie de ingreso ciudadano universal y acceso a tierra –rurales, urbanas- para el común de las gentes. Obviamente, su hipotética alianza social no abarca a sectores rurales por lo común ultraconservadores y remisos a pagar impuestos. Ya hay una señal de la derecha: Mauricio Macri rechaza las ideas de Duhalde.

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