Dudan sobre las medidas anunciadas

El plan anunciado por el ministro de Economía, Domingo Cavallo, causó reacciones encontradas. El recorte, destinado a obtener un ahorro del gasto público por valor de US$ 900 millones, causa más dudas que certezas.

30 abril, 2001

(EFE).- Economistas, empresarios y políticos discreparon sobre las medidas fiscales anunciadas por el ministro argentino, Domingo Cavallo, dentro de un plan de ajuste que busca la necesaria reactivación del país.

Varios empresarios opinaron que el plan anunciado por Cavallo, antes de viajar a Estados Unidos, donde debió exponerlo a las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), profundizará la recesión, mientras que otros creen que favorecerá la llegada de inversiones.

El ministro anunció la aplicación del IVA en algunas actividades y la reducción para otras, junto a un recorte del gasto público de unos US$ 900 millones con el objetivo de captar más inversiones y favorecer el crecimiento de la economía, en recesión desde 1998.

Con el nuevo programa de ajuste el “superministro”, como es apodado, espera reprogramar los pagos de la deuda externa, recuperar la capacidad de captar créditos a tasas más asequibles y bajar el llamado riesgo-país, que la semana pasada se disparó a sus niveles más altos en lo que va del año.

Las empresas brasileñas inversoras en la Argentina, reunidas en el Grupo Brasil, confiaron en que las medidas anunciadas “favorezcan la inversión y mejoren el perfil competitivo” del país.

Dichas compañías dijeron en un comunicado que “la reducción del costo fiscal para la compra de bienes de capital podría favorecer el resurgimiento de la inversión productiva con el consiguiente aumento de la actividad económica”.

Pero también advirtieron que habrá que “verificar si esta facilidad para la compra de bienes de capital se complementa con un mayor acceso al crédito interno”.

El plan anunciado incluye la reducción del Impuesto al Valor Añadido (IVA) de 21% a 10,5% para la venta de bienes de capital y aplicación de este impuesto, desde el 1 de mayo, a algunas actividades que estaban exentas, como la comercialización de diarios y revistas, televisión por cable y los espectáculos.

El economista Carlos Melconian elogió el contenido del programa al señalar que “el IVA es un impuesto que sólo funciona si es generalizado”, y que la alícuota fijada para los bienes de capital “es coherente con la idea de reducir los costos para reactivar”.

Elogió que “se graven las ganancias de capital cuando las personas venden empresas”, argentinas y las que se presume que son de este país (off shore) que no cotizan en los mercados de valores.

Entre las opiniones en contra del plan de ajuste destacan las de economistas que han señalado que “se está castigando” a los sectores de medio y bajo consumo y que no creará “estímulos” para invertir en el “mercado interno”.

El titular de la Cátedra de Finanzas Públicas de la Universidad Católica de la Argentina, Raúl Cuello, dijo que las medidas de Cavallo “cancelan definitivamente el discurso de crecimiento para la economía”.

El economista Juan Alemann sostuvo por su parte que el paquete de medidas es “duro” y que hubieran sido más apropiadas “otras soluciones, como el mayor control sobre los que evaden impuestos”.

El dirigente justicialista Eduardo Duhalde opinó que las medidas anunciadas golpean a la clase media.

“En realidad las medidas, que se pueden entender porque la situación es muy difícil, son más de ajuste que decisiones en busca de lo productivo”, dijo.

En tanto, actores y productores de espectáculos rechazaron la decisión de gravar con 21% las actividades del sector.

La presión de estos sectores fue tal, que el Ministerio de Economía decidió levantar su decisión de grabar con el IVA al rubro teatral.

Por su parte, el viceministro de Economía, Daniel Marx, aseguró en declaraciones radiales desde Washington, que el Gobierno recuperará el “apoyo” de los organismos financieros internacionales por su decisión de reducir el gasto público.

Marx consideró que el desvío de los objetivos fiscales comprometidos con el FMI para el primer trimestre del año por valor de US$ 1.000 millones se produjo por el “despilfarro” en algunos sectores y la “caída” de la recaudación impositiva.

Dijo que también influye el hecho de que el gobierno no esté “seguro” de poder llevar a cabo la venta de algunos activos del Estado “en los términos presupuestados”.

En diciembre del año 2000, la Argentina acordó con el FMI que el déficit público de este año no debe superar los US$ 6.500 millones.

Pero en el primer trimestre, el desequilibrio fue de US$ 3.122 millones.

(EFE).- Economistas, empresarios y políticos discreparon sobre las medidas fiscales anunciadas por el ministro argentino, Domingo Cavallo, dentro de un plan de ajuste que busca la necesaria reactivación del país.

Varios empresarios opinaron que el plan anunciado por Cavallo, antes de viajar a Estados Unidos, donde debió exponerlo a las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), profundizará la recesión, mientras que otros creen que favorecerá la llegada de inversiones.

El ministro anunció la aplicación del IVA en algunas actividades y la reducción para otras, junto a un recorte del gasto público de unos US$ 900 millones con el objetivo de captar más inversiones y favorecer el crecimiento de la economía, en recesión desde 1998.

Con el nuevo programa de ajuste el “superministro”, como es apodado, espera reprogramar los pagos de la deuda externa, recuperar la capacidad de captar créditos a tasas más asequibles y bajar el llamado riesgo-país, que la semana pasada se disparó a sus niveles más altos en lo que va del año.

Las empresas brasileñas inversoras en la Argentina, reunidas en el Grupo Brasil, confiaron en que las medidas anunciadas “favorezcan la inversión y mejoren el perfil competitivo” del país.

Dichas compañías dijeron en un comunicado que “la reducción del costo fiscal para la compra de bienes de capital podría favorecer el resurgimiento de la inversión productiva con el consiguiente aumento de la actividad económica”.

Pero también advirtieron que habrá que “verificar si esta facilidad para la compra de bienes de capital se complementa con un mayor acceso al crédito interno”.

El plan anunciado incluye la reducción del Impuesto al Valor Añadido (IVA) de 21% a 10,5% para la venta de bienes de capital y aplicación de este impuesto, desde el 1 de mayo, a algunas actividades que estaban exentas, como la comercialización de diarios y revistas, televisión por cable y los espectáculos.

El economista Carlos Melconian elogió el contenido del programa al señalar que “el IVA es un impuesto que sólo funciona si es generalizado”, y que la alícuota fijada para los bienes de capital “es coherente con la idea de reducir los costos para reactivar”.

Elogió que “se graven las ganancias de capital cuando las personas venden empresas”, argentinas y las que se presume que son de este país (off shore) que no cotizan en los mercados de valores.

Entre las opiniones en contra del plan de ajuste destacan las de economistas que han señalado que “se está castigando” a los sectores de medio y bajo consumo y que no creará “estímulos” para invertir en el “mercado interno”.

El titular de la Cátedra de Finanzas Públicas de la Universidad Católica de la Argentina, Raúl Cuello, dijo que las medidas de Cavallo “cancelan definitivamente el discurso de crecimiento para la economía”.

El economista Juan Alemann sostuvo por su parte que el paquete de medidas es “duro” y que hubieran sido más apropiadas “otras soluciones, como el mayor control sobre los que evaden impuestos”.

El dirigente justicialista Eduardo Duhalde opinó que las medidas anunciadas golpean a la clase media.

“En realidad las medidas, que se pueden entender porque la situación es muy difícil, son más de ajuste que decisiones en busca de lo productivo”, dijo.

En tanto, actores y productores de espectáculos rechazaron la decisión de gravar con 21% las actividades del sector.

La presión de estos sectores fue tal, que el Ministerio de Economía decidió levantar su decisión de grabar con el IVA al rubro teatral.

Por su parte, el viceministro de Economía, Daniel Marx, aseguró en declaraciones radiales desde Washington, que el Gobierno recuperará el “apoyo” de los organismos financieros internacionales por su decisión de reducir el gasto público.

Marx consideró que el desvío de los objetivos fiscales comprometidos con el FMI para el primer trimestre del año por valor de US$ 1.000 millones se produjo por el “despilfarro” en algunos sectores y la “caída” de la recaudación impositiva.

Dijo que también influye el hecho de que el gobierno no esté “seguro” de poder llevar a cabo la venta de algunos activos del Estado “en los términos presupuestados”.

En diciembre del año 2000, la Argentina acordó con el FMI que el déficit público de este año no debe superar los US$ 6.500 millones.

Pero en el primer trimestre, el desequilibrio fue de US$ 3.122 millones.

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