<p>La rebaja de intereses se dictó al tercer día de gestión, pese a que la inflación en la Eurozona estuviese a máximos desde 2009. La mayoría de analistas, por el contrario, apostaba a que Mario Draghi acentuara las obsesiones antinflacionarias del francés Jean-Claude Trichet. Casi nadie tuvo en cuenta el debilitamiento de la economía real, a causa de la eurocrisis.<br />
Según un informe de Banque Nationale de Paris/Banque de Paris et des Pays-bas, “el nuevo director gerente del Banco Central Europeo (BCE) ha emitido un mensaje claro: si cambian las condiciones económicas, lo harán los tipos de interés. Se trata de una estrategia más proactiva que reactiva”.<br />
<br />
Pegados a las obsesiones del Bundesbank, en efecto, un nutrido grupo de expertos financieros aseguraba que recién a fin de año el BCE tocaría las tasas. Habitualmente, por cierto, la entidad esperaba sus propios pronósticos de crecimiento e inflación para el futuro (salen en diciembre). Ahora, opta por admitir que existe una emergencia económica.<br />
<br />
La política de Draghi lo pone en línea con la Reserva Federal y los bancos de Suecia e Inglaterra. Estas entidades y otras de la Unión Europea están dispuestas a tolerar persistentes cotas “altas” de inflación y su correlato, más aprietes sobre los precios.<br />
<br />
“En un marco de riesgos económicos intensificados –señalaba Draghi ante el grupo de los 20 en Cannes-, las presiones vía salarios y costos en la Eurozona debieran moderarse a partir de este momento”. Lo mismo dijo en su primera reunión de prensa.<br />
<br />
En general, apunta Marco Valli –econometrista de UniCredito-, “cabe suponer que el BCE bajo Draghi sea más proactivo y reaccione más rápidamente a las perspectivas de expansión que el cauto Trichet”. Por de pronto, el nuevo jefe del emisor dio otra sorpresa: los veintitrés miembros del comité que determina tasas se plegaron a su postura “heterodoxa”. En la reunión de octubre, todavía una mayoría se oponía a la baja de tasas referenciales.<br />
<br />
Sin embargo, por hoy no parece que el italiano piense en cambiar radicalmente una institución tan conservadora. El peso de su matriz, el Bundesbank germano (banco central o federal), es muy fuerte. Por las dudas, Draghi afirma “admirar sus tradiciones”. Pero, por otro lado, la propia eurocrisis, a partir de Grecia, plantea disyuntivas que ni el BCE ni el Bundebank solían afrontar.<br />
</p>
Draghi: ¿la contracara de Trichet en el BCE?
Su primera movida redujo de 1,5 a 1,25% anual las tasas referenciales. A diferencia de los 13 años de reinado ortodoxo vía técnicos del Bundesbank-, el italiano se dedicará menos a la inflación baja y más a la reactivación y el contexto político.