Una vez finalizada la reunión del consejo del regulador bancario europeo, Draghi declaró que mantendrá las tasas de interés en los niveles actuales (0,25%, mínimo histórico) durante un “tiempo prolongado”.
Señaló también que el BCE está listo para actuar si la inflación se agrava, lo que se interpreta como que el eurobanco deja la puerta abierta a una nueva rebaja de los tipos de interés. Para apuntalar la renqueante recuperación económica, Draghi aseguró que el BCE usará “todos los medios a su alcance” y que la entidad está “preparada para actuar de nuevo cuando se necesite”. No aclaró cuáles serían estas medidas, pero hasta el momento el organismo ha recortado los tipos, ha llevado a cabo inyecciones masivas de dinero en el sector financiero y ha comprado deuda soberana de los países que comparten la moneda europea para hacer frente a los golpes de la crisis.
A Draghi le preocupan las perspectivas de inflación a mediana plazo, por lo que mantendrá una política monetaria expansiva cuanto sea necesario. Draghi hizo hincapié en que el Banco Central Europeo quiere evitar el error que cometieron algunos países en el pasado al no sanear su sistema bancario, en alusión a Japón, donde el fracaso a la hora de reparar a tiempo el sector financiero generó ramificaciones que contribuyeron a llevar la economía a la deflación. Pero no cree que en Europa se vaya a dar un proceso deflacionista al estilo del país nipón, donde los precios cayeron de forma continuada
La economía de la zona euro creció 0,1% en el tercer trimestre del año pasado y la inflación alcanzó 0,8El desempleo se mantuvo en una media de12,1%.