El presidente de Estados Unidos, Donald Trump ordenó que las plantas procesadoras de carne permanezcan abiertas para evitar la alteración del suministro de alimentos.
La orden se apoya en la ley de defensa de la producción, que clasifica el procesamiento de carne como infraestructura fundamental para impedir la escasez de pollo, cerdo y otros tipos de carne en las góndolas de los supermercados. Los sindicatos respondieron diciendo que la Casa Blanca pone en peligro vidas para priorizar los cortes de carne sobre la salud de los trabajadores.
Más de 20 plantas empacadoras de carne cerraron temporalmente ante la presión de las autoridades locales o de sus propios trabajadores. Otras desaceleraron la producción ante la enfermedad de algunos de sus obreros.
“Esos cierres ponen en peligro el normal funcionamiento de la cadena nacional de suministro de carnes y pollos, debilitando la infraestructura crítica durante la emergencia nacional”, dijo la Casa Blanca.