Diez claves del año 2: Incógnitas sucesorias en Norcorea

Como sucede en China, Cuba, las nuevas naciones de Asia Central, muchos países musulmanes y africanos, Norcorea es una monarquía disfrazada de república. Entonces, la sucesión se plantea en términos dinásticos.

4 enero, 2006

Desde que el enigmático Jong Il Kim heredó en 1994 al algo más previsible patriarca, el “gran líder” Il Sung Kim (Kim es apellido, no nombre), expertos y gurúes en temas norcoreanos –casi todos surcoreanos, claro- vienen especulando sobre la segunda sucesión. No recuerdan que, al principio, Seúl también estaba en manos de un patriarca autoritario (Chung Hi Park).

Pero el tema ha irrumpido en Pyongyang con tal furia que el “querido líder” ha prohibido mencionarlo en público o formar grupos de debate. No obstante, durante 2005 asomó una clave importante, poco advertida en Occidente, pero mucho en Beijing, Tokio, Taipei y Hongkong. El 28 de octubre, el presidente chino Hu Jintao comió con el segundo hijo de Il Jong, Jong Chol Kim. Dado que China es virtual tutor del “reino ermitaño” (nombre mítico de la propia Corea), ese convite llamó poderosamente la atención en Seúl. Por entonces, el monarca de 64 años había dicho lo obvio: uno de los tres hijos lo sucederá, llegado el caso.

OK, pero ¿cuál de ellos? La reunión en Beijing apuntó derecho a Jong Chol, un desconocido de 24 años, que estudió en Suiza –detalle novedoso en la familia- y se maneja bien en inglés, chino y japonés. Pero, pese a la comida con Hu Jintao, los analistas no se animan a asegurar nada.

Desde que el enigmático Jong Il Kim heredó en 1994 al algo más previsible patriarca, el “gran líder” Il Sung Kim (Kim es apellido, no nombre), expertos y gurúes en temas norcoreanos –casi todos surcoreanos, claro- vienen especulando sobre la segunda sucesión. No recuerdan que, al principio, Seúl también estaba en manos de un patriarca autoritario (Chung Hi Park).

Pero el tema ha irrumpido en Pyongyang con tal furia que el “querido líder” ha prohibido mencionarlo en público o formar grupos de debate. No obstante, durante 2005 asomó una clave importante, poco advertida en Occidente, pero mucho en Beijing, Tokio, Taipei y Hongkong. El 28 de octubre, el presidente chino Hu Jintao comió con el segundo hijo de Il Jong, Jong Chol Kim. Dado que China es virtual tutor del “reino ermitaño” (nombre mítico de la propia Corea), ese convite llamó poderosamente la atención en Seúl. Por entonces, el monarca de 64 años había dicho lo obvio: uno de los tres hijos lo sucederá, llegado el caso.

OK, pero ¿cuál de ellos? La reunión en Beijing apuntó derecho a Jong Chol, un desconocido de 24 años, que estudió en Suiza –detalle novedoso en la familia- y se maneja bien en inglés, chino y japonés. Pero, pese a la comida con Hu Jintao, los analistas no se animan a asegurar nada.

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