Desborde de violencia en Bombay, al Qaeda y los niños piratas

El operativo por mar que culminó en ataques contra “símbolos de riqueza occidental” en la India guarda relación con el sistema pirata en los golfos de Adén y Omán. Pakistán puede ser tanto punto inicial de los ataques como luego santuario.

28 noviembre, 2008

El uso combinado de pequeñas, veloces naves, para alcanzar desde el oeste la península de Kuch (Gudyarat), transferirse a gomones y lanzarse sobre Bombay revela “claras conexiones con las flotas piratas somalíes, incluyendo niños suicidas”, señalan medios alemanes e italianos. Este último componente remite a “guerrillas infantiles” comunes en Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Congo, Rwanda, Burundi, Somalía, etc.

En el caso somalí, la interminable puja entre señores de la guerra genera “mano de obra menor de edad excedente”. Hasta ahora, la reclutaban los piratas pero sus lazos con el fundamentalismo islámico explican que hoy aparezcan chicos en Bombay.

Amén del nexo pakistaní –asociado a los talibán afganos-, el hecho de que todo los actores sean musulmanes crea lazos. Cabe preguntarse si los ulema convalidan la explotación laboral y, ahora, bélica de niños, pues no se trata ya de “infieles”, como en África occidental o central. Históricamente, el Islam no vacilaba en cazar y esclavizar africanos desde el siglo XII hasta el XX. Uno de los mercados c laves, vinculado a la peregrinación a La Meca, era Dyeddá, puerto saudí sobre el mar Rojo, no lejos de Adén (Yemén) y Somalía.

Tácticamente, el ataque a Bombay fue manejado como una perfecta operación de fuerzas especiales, bien coordinada. Quienes arribaban por mar eran recibidos en tierra por infiltrados. Imágenes por internet delatan la presencia de chicos armados de Kalashnikov, toda una innovación en operaciones ligadas a al Qa’eda, si bien no entre talibán.

Para confundir, varios guerrilleros llevaban un círculo naranja frecuente en grupos extremistas hindúes, o sea no musulmanes. Según varias fuentes, el propio Barack Obama y algunos gobiernos europeos recibieron un amplio informe sobre característica del ataques “a la fortaleza de riqueza mal habida”, como Aymán az-Zawahirí (segundo del espectral Osama bin Laden) define los hoteles de Bombay. Dato curioso: desde hace siglo, la ciudad es reducto de los parsíes, o sea zoroástricos, grupo al cual pertenece la poderosa familia Tata.

El uso combinado de pequeñas, veloces naves, para alcanzar desde el oeste la península de Kuch (Gudyarat), transferirse a gomones y lanzarse sobre Bombay revela “claras conexiones con las flotas piratas somalíes, incluyendo niños suicidas”, señalan medios alemanes e italianos. Este último componente remite a “guerrillas infantiles” comunes en Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Congo, Rwanda, Burundi, Somalía, etc.

En el caso somalí, la interminable puja entre señores de la guerra genera “mano de obra menor de edad excedente”. Hasta ahora, la reclutaban los piratas pero sus lazos con el fundamentalismo islámico explican que hoy aparezcan chicos en Bombay.

Amén del nexo pakistaní –asociado a los talibán afganos-, el hecho de que todo los actores sean musulmanes crea lazos. Cabe preguntarse si los ulema convalidan la explotación laboral y, ahora, bélica de niños, pues no se trata ya de “infieles”, como en África occidental o central. Históricamente, el Islam no vacilaba en cazar y esclavizar africanos desde el siglo XII hasta el XX. Uno de los mercados c laves, vinculado a la peregrinación a La Meca, era Dyeddá, puerto saudí sobre el mar Rojo, no lejos de Adén (Yemén) y Somalía.

Tácticamente, el ataque a Bombay fue manejado como una perfecta operación de fuerzas especiales, bien coordinada. Quienes arribaban por mar eran recibidos en tierra por infiltrados. Imágenes por internet delatan la presencia de chicos armados de Kalashnikov, toda una innovación en operaciones ligadas a al Qa’eda, si bien no entre talibán.

Para confundir, varios guerrilleros llevaban un círculo naranja frecuente en grupos extremistas hindúes, o sea no musulmanes. Según varias fuentes, el propio Barack Obama y algunos gobiernos europeos recibieron un amplio informe sobre característica del ataques “a la fortaleza de riqueza mal habida”, como Aymán az-Zawahirí (segundo del espectral Osama bin Laden) define los hoteles de Bombay. Dato curioso: desde hace siglo, la ciudad es reducto de los parsíes, o sea zoroástricos, grupo al cual pertenece la poderosa familia Tata.

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